"¿Cuál es nuestro camino hacia Dios? ¿Cómo encontrarnos con Él?"
La marmota de Adviento
"El Rey que vino montado en un burrito blanco, el Rey que sigue vivo y coronado de espina"
Antiguamente triunfaban los cuentos de reyes y princesas, las películas de Sisí Emperatriz, el encanto lejano y seductor de la realeza con esos palacios imposibles, carruajes dorados, coronas, mantos, vestidos confeccionados con más brillantes que la Via Lactea. Pero los reyes tuvieron ya sus tropiezos en la guillotina de la revolución, los paredones de fusilamiento de la prensa rosa y el auge del republicanismo. Incluso hasta nuestro Rey Emérito cayó en desgracia y vive ahora tomando tristes gintonics en un oasis perdido…
Por eso hablar de Cristo Rey, se nos antoja un poco raro. Muchas veces intentaron coronarle como rey en su vida y él siempre se escabulló. Aunque cuando llegaba a los pueblos empezaba con el eslogan de “¡El reino de Dios está cerca!”. Y ese era el centro de su campaña. Hacer evidente que Dios reina en el corazón de las personas, y que hay un mundo de paz y de justicia, de perdón y de alegría, que no se queda en el mundo de los cuento sino que era una realidad que todos experimentaban. La gente se curaba, los pecadores se sentían perdonados, había pan y peces como un bufet libre y encima sus sermones no dormían al auditorio, cosa verdaderamente milagrosa.
Jesús tiene una curiosa manera de ser rey, ayudando a todos sin descanso, enseñando con paciencia, denunciando con firmeza a los hipócritas, abrazando a los niños, tocando a los leprosos, comiendo con los pecadores, lavando los pies de los que le iban a abandonar, dando su vida, cada minuto, cada segundo, por todos, incluso hasta la cruz. Esa corona de espinas y ese cetro de caña fue su imagen de Rey que lo da absolutamente todo por su pueblo, por mí, por ti.
Los cristianos celebramos que Jesús es el Rey, no de Judea, ni de Oriente , ni del mundo, sino del Universo entero y todos los universos conocidos y desconocidos. No sé qué pensarán los extraterrestres en caso de que los haya… pero, bromas aparte, celebrar a Jesús como rey es afirmar que el Amor que es Jesús hecho persona es lo que triunfa en este mundo; y no solo los malos que aparentemente se llevan siempre el gato al agua…
Hay muchas personas que trabajan y viven para que el Reino de Dios sea una realidad ya en este mundo. Ese es el sentido de la Iglesia. No los oros ni las pompas, sino la el Reino de justicia, verdad, cariño y misericordia que tanta gente necesita.
¡Viva el Rey! ¡Vive el Rey! El Rey que vino montado en un burrito blanco, el Rey que sigue vivo y coronado de espinas, el Rey que es el número uno de cada corazón, que nos protege, nos guarda y nos invita su banquetazo de pan, vino, y esperanza, que falta nos hace.
¡ Viva el Rey!
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