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" Sencillo y humilde, trabajador callado ha dejado honda huella"
Su carácter jovial y su cercanía hacía que sus compañeros y amigos de siempre lo llamaran simplemente Antonio, Toñito, Chepito… Es la marca de su personalidad que lo hizo un sacerdote y obispo con olor a oveja, sin más pretensiones que las de servir al prójimo. Zuliano por los cuatro costados, nació en San Rafael de Mara el 9 de julio de 1945, acababa de cumplir 76 años de edad, y el Señor lo llamó a su seno el 18 de julio 2021, en el 51 aniversario de su ordenación sacerdotal (18-7-1970).
Los estudios eclesiásticos los realizó en el Seminario Menor de Maracaibo donde obtuvo el bachillerato en humanidades; posteriormente en el Interdiocesano de Caracas, la filosofía y la teología. Más tarde, en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma obtuvo la licenciatura en teología moral (1981). En la Universidad del Zulia se graduó de licenciado en filosofía.
La ordenación sacerdotal (18-7-1970) y la ordenación episcopal (28-5-1988), las recibió de su obispo y pastor Mons. Domingo Roa Pérez, Arzobispo de Maracaibo, a cuya iglesia sirvió 18 años como sacerdote y 4 como obispo auxiliar. Durante 9 años estuvo al frente de la Diócesis de Barinas (1992-2001), ganándose el cariño y el apoyo del pueblo barinés, impulsando los servicios pastorales en la extensa geografía altollanera. Del 2002 al 2007 pasó a ser arzobispo de la arquidiócesis guariqueña de Calabozo.
Desde el 2008-2020 rigió los destinos de la arquidiócesis de Barquisimeto. En marzo de 2020, aquejado de salud, pasó a retiro, recibiendo las atenciones de familiares y amigos en Lara y en el Zulia. Falleció el 18 de julio de 2021 recibiendo cristiana sepultura en el templo de su pueblo natal.
Sencillo y humilde, trabajador callado ha dejado honda huella en las parcelas del Señor a las que sirvió con alegría y constancia. El testimonio del clero y de los fieles así lo atestiguan. La merma de sus facultades lo alejó de todo trabajo ministerial, pero conservó con fe y esperanza, la razón de ser de su vida, ser sacerdote para siempre. Quienes compartimos con él afanes y proyectos sentimos su partida porque fue un hermano y un ejemplo de entrega generosa. El Señor y la Virgen premien con la presencia celestial, su paso por esta vida. En paz descanse.
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