Teresa no estuvo sola …Para hacer un santo hace falta una tribu entera…un Pueblo de Dios.
En esta época de nuevos fariseísmos, Teresa desconcierta con su actitud “antimeritocrática”: “compareceré delante de ti con las manos vacías, pues no te pido, Señor, que lleves cuenta de mis obras…" Todo lo que somos y hacemos no sale de la nada, sino de un don anterior...
La mentalidad burguesa es sumamente egoísta y conservadora. Sólo busca justificar y mantener su status quo en el que está cómodo con su grupito. Por eso no arriesga, no se excede, mientras que el amor siempre es salir y arriesgarse al compromiso con otro hasta dar la vida.
El amor a Jesús, si es completo, implica el choque con los poderosos de este mundo y de esta iglesia, con los fariseos de la ley, con los Herodes y los ricos epulones que se creen muy seguros y para quienes nada debe cambiar. Sino sería una droga molona que nos hubiera paralizado en la época de los romanos.
El cristianismo, cuando es auténtico, “hace lío” y genera cambios personales y sociales, espirituales, económicos, políticos, sociales, etc. Es un motor de la evolución de la sociedad humana e incluso de la Iglesia y la religión.
El caminito de Teresita no requiere que para amar a algunos, tenga que odiar a otros. El precio del amor a algunos no puede ser el odio a otros, por eso no es ideología, es cristianismo. Es entrega, no posesión.
La preocupación de Teresita por los demás adquiriría hoy otra dimensión contextual con los datos que poseemos sobre la pobreza, la injusticia, la tecnología, etc.: nos llama a vivir una misma esencia con una nueva síntesis.