1 mar 2025
Nunca quise ir a L. A.
Realmente estamos acá el obispo Javier, Anna la ecónoma y yo para pedir ayuda: plata y personas. Lo mismo de siempre, ay este vicariato inestable y carente. Pero lo que más me gustó, con diferencia, fue estar entre personas a quienes les importa la misión. Elise, la gente de Mission Doctors Association y Lay Mission Helpers. Sin estos “loquillos” más bien locazos, no serían posibles tantas historias de humanidad, solidaridad y ternura en los cinco continentes. Por ellos sí que ha merecido la pena venir a L. A.