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Caso de cura español en Chile
Gracias a una sentencia del tribunal del Arzobispado de Valencia (España) que declaró inocente al presbítero Juan Pedro Cegarra López, se ha señalado en Chile que esto ha significado “un retroceso importante para la Iglesia, en particular en lo que se había logrado respecto de construir espacios seguros y de confianza para denunciar”.
Así lo afirma la Fundación para la Confianza, que es la principal institución chilena en la protección de víctimas de abusos eclesiásticos. Y añadió en forma categórica: “Lamentablemente este precedente dificultará que otras víctimas se atrevan” a presentar denuncias cuando son abusadas por sacerdotes.
En una declaración pública, la Fundación aborda la situación del cura valenciano cuyo caso fue motivo de un reportaje de Religión Digital, en noviembre del año pasado. En esa oportunidad la víctima fue entrevistada en exclusiva por nuestro medio y, en ese momento, prefirió ocultar su identidad para evitar las amenazas y hostigamientos que sufría a diario.
Ahora la Fundación Para la Confianza ha señalado que actuará en representación de esta víctima cuyo verdadero nombre es Alejandro Araya Araya presentado acciones judiciales “por los hechos de abuso sexual y de poder cometidos por parte del pbro. Juan Pedro Cegarra López, quien era sacerdote de la parroquia de la Santísima Trinidad de Punta Negra, Copiapó y los actos de encubrimiento, hostigamiento y amenazas por parte de miembros del dicasterio y cercanos al párroco”.
La Fundación que goza de gran prestigio en Chile, y que es dirigida por José Andrés Murillo, una de las víctimas del excura Fernando Karadima, señaló que “se buscará la indemnización de perjuicios con el objeto de determinar la responsabilidad por los hechos constitutivos de encubrimiento, denegación de justicia y otras conductas, ya que luego de que nuestro representado denunció los hechos en julio del año 2019, se inició una investigación previa en el Obispado de Copiapó, la que concluyó declarando verosímil su relato y que los hechos tendrían indicios de verdad suficiente, exponiendo la necesidad de medidas disciplinarias. Además de lo anterior, se solicitó un informe en Derecho Canónico, el que concluyó igualmente la verosimilitud de los hechos, sugiriendo su retorno a la diócesis de origen”.
Continúa diciendo que “con fecha 8 de octubre del año 2020, se decretó el cierre de la investigación, mientras que las medidas disciplinarias entregadas por el obispo de Copiapó, Ricardo Basilio Morales Galindo consistieron en la prohibición del ejercicio público del Ministerio mientras permaneciera en Chile, en cuanto se evaluaría su situación una vez llegado a la Arquidiócesis de Valencia”.
Como informamos en RD en noviembre pasado, mientras era arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares (2014-2022) exprefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (2008-2014), se abrió un proceso penal en contra Juan Pedro Cegarra López.
Se “decretó la apertura de un proceso penal que concluyó con sentencia absolutoria, el 18 de marzo de 2022; en la que se desacreditó a nuestro representado”, dice la Fundación para la Confianza “negándole su calidad de víctima, asumiendo que los actos de connotación sexual en su contra habrían sido bajo su consentimiento y que el presbítero Cegarra actuó en calidad de consejero o terapeuta sexual, por lo que no habría existido ningún delito”.
Por ello continúa la Fundación, en Chile, “se perseguirá la responsabilidad penal de quienes han amenazado y hostigado indebidamente a nuestro representado y a las personas que lo han apoyado”.
Luego precisa que la Fundación para la Confianza “ha tomado conocimiento de que, desde el Dicasterio para el Clero y cercanos al sacerdote, están presionando para restaurar su buen nombre y fama. Esta situación genera miedo, angustia y una nueva revictimización, ya que desde la sentencia, incluso le han exigido que se retracte de sus dichos”.
Cabe recordar que el secretario del Dicasterio del Clero es el chileno Andrés Gabriel Ferrada Moreira, quien llegó a Roma en 2018 como sacerdote para ejercer como oficial de esta repartición vaticana y fue hecho arzobispo para asumir la secretaría del Dicasterio en octubre de 2021.
Hace pocos meses, la víctima de Cegarra era saludada por el papa Francisco quien le envió una carta personal, publicada en su momento por Religión Digital. En parte, el Papa escribía: “Quiero decirte que he conocido tu caso y la denuncia que valientemente hiciste. Lamentablemente, la decisión del tribunal consideró que los hechos no eran delito, no obstante, quiero manifestarte mi cercanía y el sufrimiento que has tenido que pasar. Quiero que sepas que te estoy cercano”.
Ahora, paradojalmente, una nueva carta de Francisco circula en ámbitos eclesiales. En ella el Papa le da explicaciones a Cegarra, escribiendo: “sé que el juicio realizado determinó que no constan la comisión de los delitos de los que fuiste acusado. Por ello, entiendo que mis expresiones puedan haberte causado perplejidad y no ayuden a cerrar definitivamente las heridas que esta situación ha provocado". Y añade: "He requerido al Dicasterio del Clero que, en la medida de lo posible, anime a las autoridades correspondientes para que se dé a conocer el resultado de la sentencia".
El secretario del Clero, monseñor Andrés Ferrada, ya a comienzos de este año había enviado una carta a los defensores de sacerdote valenciano Cegarra López , reconociendo la necesidad de recuperar la “buena fama” del sacerdote.
El lunes último, con el comunicado de la Fundación para la Confianza a la vista, el Obispado de Copiapó emitió una declaración en la que confirmó la sentencia absolutoria de Valencia sin comentar los hechos que señala dicho comunicado.
¿Con esto se cerrará aquí este caso como dice el Papa? ¿O se abrirá una nueva herida como ya ocurrió con aquel viaje apostólico de Francisco a Chile en 2018 donde se le entregó mala información y luego debió pedir perdón, en pleno vuelo, cuando volvía a Roma? Está por verse.
Mientras, las consecuencias son advertidas por la misma Fundación para la Confianza. Ella dice: “Como organización consideramos que esto representa un retroceso importante para la Iglesia, en particular en lo que se había logrado respecto de construir espacios seguros y de confianza para denunciar. Lamentablemente este precedente dificultará que otras víctimas se atrevan”, concluyó.
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