Encuentro de sacerdotes del Vicariato San José del Amazonas (Perú)
Hacemos lo que podemos, con lo que tenemos y los que somos
La hermosura te ofrece de vez en cuando, generosa, alguno de sus semblantes
De pronto ocurre. Volteas la cabeza y ahí está. Repentina e irrefutable, exhibiéndose y al mismo tiempo guardando ese recato propio de la naturalidad. Insinuándose sin rebozo. La hermosura te ofrece de vez en cuando, generosa, alguno de sus semblantes.
Sucede a menudo durante un distraído paseo, sin previo aviso, aunque nunca puedes estar preparado para esas dosis colmadas de gracia. Un atardecer como éste de Indiana, por ejemplo, aunque el sol esté finamente omitido; o una sonrisa de un niño que se cruza contigo, premio tan sencillo como esplendoroso.
Puede aparecer sin que salgas de tu cuarto, de repente un verso te aborda y se detiene el tiempo, el perfume de la delicadeza resuena en el silencio. Como el otro día leyendo a Miguel Hernández, que le escribe a su esposa desde la cárcel:
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano
Hay personas preciosas; por dentro, en ocasiones por fuera también. Cuando estoy con ellas (o ellos) tiembla un pájaro en mi pecho* en lenguaje de Sabina; esa conexión energética con la hermosura, la bondad y el bien me nutre y acicala mi espíritu. Me siento pleno, humildemente orgulloso y me amo más a mí mismo… No acierto bien a expresarlo, las palabras me estorban un poco.
Quizás esta escena de “American beauty”, obra maestra del cine, me auxilie. Recuerdo que ya solamente la música me estremeció. No es más que una bolsa que el viento mece caprichosamente, pero el muchacho se experimenta desbordado: “A veces hay tantísima belleza en el mundo que siento que no lo aguanto; y que mi corazón se está derrumbando”.
Algo así. Son como resquicios en los que la realidad muestra la gloria. Y entonces agradezco lo bonita que es la vida y lamento que sea tan corta, pues tarde o temprano terminará…
Esto es lo que me sale hoy. Me doy cuenta de que cada vez que he escrito belleza podía haber usado mayúsculas: Belleza, Hermosura, Bien, Gracia, Realidad... Hubiera cuadrado perfectamente; es Ella, que en cada instante se acerca a nosotros y, cuando estamos atentos, se desvela y entrega espléndida.
* En la canción “Tratado de impaciencia número 10”.
También te puede interesar
Encuentro de sacerdotes del Vicariato San José del Amazonas (Perú)
Hacemos lo que podemos, con lo que tenemos y los que somos
Visita a la comunidad de Santa Teresita en el río Putumayo (Perú)
Ajebeko-urue: un pueblo que busca su identidad
Comienza la habitual gira de finales de año. Serán diez puestos de misión y doce celebraciones
Temporada de confirmaciones
Tras varias vicisitudes, todo salió bien. Estamos siempre en manos de Diosito
No queriendo Dios II
Lo último
Una travesía entre los miedos del mundo hacia el Belén de las Periferias
La Esperanza insurgente del Adviento
Retomamos el camino de Adviento
15 de diciembre: III Lunes de Adviento
Si hablamos de "identidad sacramental" para vincular a los varones consagrados a Cristo, no terminamos de ver qué relación tiene con el orden natural, con la masculinidad o feminidad
Volvemos a rechazar a las mujeres en el orden sagrado