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Francisco: "¡Basta de colonizar a los pueblos con las armas!"
Recuerda a los cristianos perseguidos y pide "ser testigos valientes del Evangelio para la salvación del mundo"
"Trabajemos por el desarme, trabajemos contra el hambre, contra las enfermedades, contra el trabajo infantil. Recemos por la paz en el mundo entero, la paz en la atormntada Ucrania, en Gaza, en Israel, en Myanmar, en Kivu, y tantos países que están en guerra"
"Desgraciadamente, todavía hoy hay, en diversas partes del mundo, muchos hombres y mujeres perseguidos, a veces hasta la muerte, a causa del Evangelio"
"(Los mártires) no se dejan matar por debilidad, ni para defender una ideología, sino para hacer partícipes a todos del don de salvación que han recibido del Señor Jesucristo. Y lo hacen, en primer lugar, precisamente por el bien de sus asesinos"
"Desgraciadamente, todavía hoy hay, en diversas partes del mundo, muchos hombres y mujeres perseguidos, a veces hasta la muerte, a causa del Evangelio". Después de abrir la Puerta Santa en la cárcel romana de Rebibbia, y con la voz algo tomada, el Papa Francisco rezó el Angelus con motivo de la festividad de San Esteban, el primer mártir de la Iglesia. Y lo hizo con una llamada a "ser testigos valientes del Evangelio para la salvación del mundo".
"Es el padre que no se cansa de perdonar. Recordemos esto: Dios perdona a todos, Dios perdona siempre", subrayó.
"Lo que hemos dicho de Esteban también vale para ellos. No se dejan matar por debilidad, ni para defender una ideología, sino para hacer partícipes a todos del don de salvación que han recibido del Señor Jesucristo. Y lo hacen, en primer lugar, precisamente por el bien de sus asesinos, más necesitados de perdón y redención que los demás", glosó el Papa.
"¿Siento el deseo de que todos conozcan a Dios y se salven? ¿Sé querer el bien incluso para quienes me hacen sufrir? ¿Me intereso por los muchos hermanos perseguidos a causa de la fe y rezo por ellos?", preguntó Francisco.
Tras el rezo del Angelus, el Papa renovó sus saludos de Navidad, recordando los mensajes y signos de cercanía recibidos. "Deseo agradecer a todos", recalcó, mostrando sus deseos de "paz y de fraternidad" a "mis hermanos judíos" que celebran Janucá.
Catedral del dolor y la esperanza
"Esta mañana he abierto la primera Puerta Santa después de la de San Pedro, en la cárcel romana de Rebibbia", explicó el Papa. "Ha sido como estar en la catedral del dolor y la esperanza", incidió, invitando a todos a sostener la campaña de Cáritas Internationalis para "transformar la deuda en esperanza".
"La cuestión de la deuda está ligada a la paz y al mercado negro de las armas. ¡Basta de colonizar a los pueblos con las armas! Trabajemos por el desarme, trabajemos contra el hambre, contra las enfermedades, contra el trabajo infantil. Recemos por la paz en el mundo entero, la paz en la atormntada Ucrania, en Gaza, en Israel, en Myanmar, en Kivu, y tantos países que están en guerra".
