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"Estoy mejorando, pero todavía no me da la voz", apunta desde Santa Marta
Por segundo domingo consecutivo, la salud del Papa impidió que se asomara al balcón para dirigirse a los fieles con motivo del Angelus. En este primer domingo de Adviento, Francisco sí apareció, en directo, desde un despacho en Santa Marta, desde donde afirmó que "estoy mejorando, pero todavía no me da la voz". Ello no fue óbice para que miles de fieles siguieran, a través de las pantallas gigantes situadas en San Pedro, las palabras del Pontífice y su condena a la ruptura de la tregua en Gaza.
"Que todos los implicados puedan llegar, lo antes posible, a un acuerdo para el cese del fuego y encontrar soluciones distintas a las armas y recorrer vías valientes de paz", clamó.
Tampoco en esta ocasión Bergoglio leyó el texto de la reflexión, que dejó a Paolo Braida, encargado de los documentos papales en la Secretería de Estado, aunque sí rezó el Angelus posterior. Las palabras iniciales giraron en torno a la necesidad de "estar vigilantes", pero no "por el miedo a un castigo inminente, como si un meteorito estuviera a punto de caer del cielo y nos amenazara con aplastarnos, si no nos apartamos a tiempo", sino para demostrar ser "persona de confianza" de Dios.
Como Moisés, como María. "La vigilancia de los siervos no se basa en el temor, sino en el anhelo, en la espera de ir al encuentro del amo que viene", explicó el Papa. "Se preparan para su regreso porque lo quieren mucho, porque esperan que, cuando llegue, encuentre una casa acogedora y ordenada: están felices de volver a verlo, hasta el punto de que esperan su regreso como si fuera una fiesta para toda la gran familia a la que pertenecen".
"Con esta espera llena de afecto queremos también nosotros prepararnos para acoger a Jesús: ya sea en Navidad, que celebraremos dentro de unas semanas; ya sea al final de los tiempos, cuando regrese en gloria; ya sea cada día, cuando venga a nuestro encuentro en la Eucaristía, en su Palabra, en nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los más necesitados", añadió Bergoglio, quien pidió a los fieles que "preparemos con esmero la casa del corazón, para que esté ordenada y sea acogedora".
Porque "vigilar, de hecho, significa estar con el corazón preparado". "Es la actitud del centinela, que en la noche no se deja tentar por el cansancio, no se duerme, sino que permanece despierto esperando la luz que llegará", insistió. "He aquí un hermoso programa para el Adviento: encontrar a Jesús que viene en cada hermano y hermana que nos necesita, y compartir con ellos lo que podamos: escucha, tiempo, ayuda concreta".
¿Cómo preparar el corazón para el Señor? se preguntó el pontífice. "Podemos hacerlo acercándonos a su Perdón, a su Palabra, a su Mesa, encontrando espacio para la oración, acogiéndolo en los necesitados. Cultivemos su espera sin distraernos con tantas cosas inútiles y sin quejarnos todo el tiempo, sino manteniendo el corazón vigilante, es decir, ansioso de Él, despierto y preparado, impaciente por encontrarlo", concluyó.
En sus saludos finales, Braida volvió a referirse a la "situación grave" en Israel y Palestina. "Entristece que la tregua se haya roto, esto significa muerte, destrucción y miseria", y recordando cómo "muchos rehenes han sido liberados, pero tantos siguen aún en Gaza. Pensemos, en ellos, en sus familias, que habían visto la esperanza de volver a abrazar a sus seres queridos".
"En Gaza hay mucho sufrimiento, faltan los bienes dse primera necesidad", incidió el Papa, quien pidió que "todos los implicados puedan llegar, lo antes posible, a un acuerdo para el cese del fuego y encontrar soluciones distintas a las armas y recorrer vías valientes de paz".
A su vez, el Papa oró por las víctimas del atentado en Filipinas, donde una bomba explotó durante una misa, y aseguró su cercanía "al pueblo de Mindanao, que tanto ha sufrido".
"Sigo con gran atención los trabajos de la COP28 en Dubai. Renuevo mi llamamiento para que al cambio climático se responda con cambios políticos concretos", subrayó el Papa, quien pidió que "abracemos una visión común, comprometiéndonos todos en una conversión ecológica global"
Finalmente, Francisco recordó que hoy se celebra la Jornada Internacional de las Personas con Discapacidad. "Acoger e incluir ayuda a toda la sociedad a volverse más humana", concluyó.
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