que nuestra opción —una sola— sea la de los pobres, cada día,

cada decisión, hasta que duela de verdad.

Txemi vive desde hace años en una residencia de mayores.

Ahí he visto claramente a Jesús, pobre y resucitado.

¡Testigos de la escucha!

Almas que ofrezcan la sonrisa sin medida.

Que desgasten su tiempo en el otro.

Que partan el pan

y derramen el agua y la miel

de la fraternidad humana.

Hermano, hermana,

cansado de masticar cada día, el pan enmohecido de tu vida, bebiendo tus lágrimas de tristeza en el vaso de la indiferencia.

Señor, hazme instrumento de tu paz, de la paz del evangelio, subversiva y justa.

Que pone al pobre en sitio destacado junto a ti.

Confío por encima de mi ego

Porque ya no me nombraré y solo él será nombrado.

Alégrate de estar siempre oculto, cómo Jesús lo estuvo!

Bienaventurados los Humildes!

Que para sí no quieren nada

Porque aceptarán a todos con su perdón

Y amaran sin limitaciones, ni pena

Hermano, hermana

No es locura tener un encuentro con el Espíritu

Es posible con él!

Jesús

Tu plan es muy sencillo y contundente

!Confiar en ti, en nada más!

Jesús, qué dónde no esté tu paz, instale tu paz

Jesús

Que amemos sin pensar en nosotros, es la garantía de tu amor que no caduca

En la escucha sabemos de dónde venimos y con quién vamos

¡Quién eres tú!

Que no llevas mis cuentas del mal,

Y como a Pedro, me pides que te siga sin dudar

En este mundo vacío que no está harto de tu presencia

Envíanos testigos del evangelio para terminar con la indiferencia de tu ausencia

Seré resurrección de justicia divina,

cuando me abraso con la injusticia, para estar al lado del pobre de la resurrección

humilde y sencillo como Tú.

Creo en Ti, Jesús vivo y ardiente,

para vivir contigo la locura del ser humano, sin sentido

Creo en tu delirio divino, que se hizo muy humano conmigo,

para hacer tu sueño contigo