"Mi mente se ha desplazado al Adagieto de Mahler, recordando el correo de otro abuelo que me comunica la noticia del nacimiento de sus dos nietas, Gabriela y Teresa: 'Han abierto mi corazón, una estancia de amor que no sabía que tenía, pero ahí está. Y es maravilloso'"
"'Una estancia de amor…' contemplando el Amor reclinado en una pequeña cuna y escribiendo una nueva melodía, en el corazón de los abuelos, que no llegan a descubrir del todo, por lo visto, con los hijos"
"Hoy, las circunstancias de la vida, una vida vertiginosa, acelerada, un ritmo de locura, hacen muy difícil no endurecer el corazón … Y uno recuerda aquellas casas solariegas de hace unos años, en los pueblos, donde la puerta permanecía abierta durante el día"
"Sin embargo, el Señor nos ha proporcionado otro recurso vivo para no endurecer el corazón: el ejemplo de los abuelos"