"Hay en el evangelio un relato de sanación que, si lo interpretamos desde su simbología y lo despojamos de concepciones mitológicas, puede servirnos para acoger la convocatoria del Papa para el Sínodo"
"Me refiero al relato del paralítico que llevaba 38 años esperando que alguien le ayudase a introducirse en el agua de la piscina (Juan 5, 1-16)"
"Propongo utilizar su simbología para discernir sobre la 'parálisis eclesial' que respecto al Concilio Vaticano II hemos vivido, sentados y con los brazos cruzados la inmensa mayoría de los creyentes"
"La convocatoria del Sínodo de los Obispos, sobre la 'sinodalidad' de la Iglesia, bien puede ser otra nueva oportunidad para ponerse en pie y lanzarse a las profundidades del agua que nos sana a todos"
"En el Sínodo que se inicia tenemos una nueva oportunidad para consolidar las intuiciones y deseos de Papa Bueno (Juan XXIII) y del Concilio Vaticano II"
"Aprovecharla nos permitirá a nosotros, mirar al futuro con la esperanza que siempre despierta la Iglesia, cuando se deja seducir por el Espíritu y la Memoria de Jesús"
"Nos corresponde ahora (especialmente a los laicos, que son más libres y están menos apegados a tradiciones y prácticas del pasado) implicarse en el Sínodo, no solo manifestando su opinión sino haciendo valer su derecho a ser escuchados, en cada Diócesis y en la Iglesia Universal"