Jesús carga con la culpa de la humanidad y desciende con ella al Jordán.
- 01. relato de revelación
El Bautismo de Jesús supone el comienzo de la actividad pública de Jesús.
El Bautismo de Jesús -y después la Transfiguración- son la experiencia que aquellos cristianos tienen de que Dios nos habla por medio de Jesús. Jesús es la Palabra: Éste es mi hijo amado, escuchadle.
Y lo más importante que un padre puede decirle a su hijo es que le quiere. Es lo que Dios dice a Jesús: eres mi hijo amado.
- Cuando la geografía se hace teología .
Las aguas bautismales del Jordán
La depresión del río Jordán es de unos 400 metros. (Es la mayor depresión geográfica del mundo). Pero esta cuestión tiene poco o ningún interés humano y cristiano.
De todos modos la depresión del Jordán podemos interpretarla como el “hundimiento” de Jesús en el pecado de la humanidad y en el perdón, el bautismo de la humanidad en Jesús.
Jesús, que no tuvo pecado, descendió a nuestras depresiones, y nos liberó.
Benedicto XVI -fallecido hace unos días- hizo una lectura hermosa de este pasaje en su libro “Jesús de Nazaret”:
Jesús había cargado con toda la culpa de la humanidad: entró con ella en el Jordán.[1]
San Pablo lo dirá de otro modo: Jesús, siendo de condición divina, se despojó de sí mismo y se hizo uno de nosotros, se hizo uno de tantos. (Flp 2,6-7)
Jesús no solamente se hace hombre, sino que se hace pecado. Durante toda su vida Jesús será amigo de pecadores y publicanos. Jesús se sumergió en las “aguas turbulentas” de la humanidad.
Los humanos somos siempre limitados, a veces como Pedro nos hundimos en las aguas del mar de la vida. Pero también en esas situaciones y en las peores condiciones somos hijos amados de Dios
- Los cielos se abrieron
Los cielos estaban cerrados para el ser humano.
Por Cristo (Bautismo y Transfiguración) se abrieron, se rasgaron los cielos. El viejo sistema, la vieja religión, el velo del Templo se rasgó a la muerte de Xto. (Mt 27,50).
Se abrieron los cielos. Cuando JesuCristo está entre nosotros y nos hace hijos de Dios, los cielos se abren y desciende el espíritu de amor sobre nosotros. Con la presencia de Cristo los cielos se abren para la humanidad que ha descendido con el Señor a las aguas del Jordán (más tarde Jesús será elevado a la cruz).
Los cielos, la casa de Dios Padre está abierta para todos.
Es frecuente escuchar cuando una persona muere: “donde quiera que estés…”. ¿Y dónde va a estar? Pues en los cielos que se abrieron en el acontecimiento del río Jordán y los cielos se abrieron para todos.
Este es mi hijo amado
Jesús es lo que Dios nos quería decir a la humanidad. Jesús es la última Palabra de Dios. Y esa Palabra que Dios empeña es amor. Dios no es el gendarme del mundo y de la humanidad: Dios es amor (1Jn 4,7-9).
Jesús es el Hijo Amado de Dios.
- o Que JesuCristo es hijo amado de Dios significa que Dios le quiere. Dios es amor.
- o Ser cristiano en consecuencia es ser y sentirse hijo amado de Dios, querido por Dios y esta condición de hijos amados no nos la quita nadie nunca. (el hijo pródigo es hijo amado siempre). Dios nos ama.
Este es mi Hijo amado, escuchadle
[1] J. Ratzinger, Jesús de Nazaret, Madrid, 2007, 31-47, aquí, 40.