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El problema no es tanto ser pecador, sino creerse justo

GRECO

Para una celebración del perdón.

  1. El Espíritu de Dios está sobre María.

La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.

La persona y la vida de María están presididas por el Espíritu de Dios.

Es el Espíritu del Génesis:

La tierra al comienzo era confusión y caos, las tinieblas cubrían la tierra, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas y surgió la luz y el sentido (Gn 1,2-3).

La evolución alcanzó un momento cualificadamente diverso y superior cuando Dios infunde aliento vital a la debilidad humana, al barro (Gn, 2,7) y así el ser humano llega a ser viviente.

El Espíritu es la fecundidad de María (Mt 1, 18)

Sin el Espíritu de Dios, lo engendrado por la mujer galilea, es, sin más, hijo de María. Con y desde el Espíritu de Dios, el hijo de María es, Cristo, hijo de Dios.

Jesús vive una profunda alegría porque el Espíritu está en él. (Lc 10, 21).

Cristo resucitado confiere su espíritu a la comunidad cristiana. Y ese Espíritu es paz, alegría e impulso e ilusión para vivir y para la misión. (Jn 20, 22).

  1. Jesús: Dios salva / Emmanuel: Dios con nosotros

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús (Mateo 1)

La virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros". (Isaías 7 / Mateo 1)

Entonces pasó el Señor y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las rocas ante el Señor, aunque en el huracán no estaba el Señor. Después del huracán, un terremoto, pero en el terremoto no estaba el Señor. Después del terremoto fuego, pero en el fuego tampoco estaba el Señor. Después del fuego el susurro de una brisa suave” (1 Re 19,11-12).

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