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Representantes de 19 países de Latinoamérica
Preocupación y rechazo resumen la postura de la Red Eclesial Justicia y Paz en la Patria Grande frente a la escalada de violencia que vive América Latina y el Caribe. En una declaración de nueve puntos, la organización observa con inquietud que las medidas implementadas en algunos países del continente con el argumento de combatir la violencia, no respetan los derechos de las personas ni su dignidad.
Disposiciones que califican de autoritarias y populistas. "La Red Eclesial Justicia y Paz en la Patria Grande, llama a las personas de buena voluntad, más allá de sus creencias, a levantar la voz para que se respeten siempre los Derechos Humanos y se condenen los terribles hechos de violencia que están ocurriendo en nuestra América morena", se lee en el documento.
Se refieren, entre otros hechos a los ataques que se presentaron en las costas del Caribe y el Pacífico por parte del comando sur de Estados Unidos, contra lanchas de presuntos narcotraficantes. Hechos que acabaron con la vida de sus ocupantes sin proporcionar los nombres de las víctimas, ni las pruebas de los supuestos delitos.
Al respecto, la Red Eclesial recuerda que la privación arbitraria e injustificada de la vida no puede justificarse como medio de resolución, porque más allá de los crímenes cometidos por los carteles, estos actos violan el carácter sagrado de la vida humana. Además, porque desde lo legal, consideran que dichos ataques pueden considerarse ejecuciones extrajudiciales, lo que constituye una grave violación contra los derechos humanos y de los pueblos.
De la misma forma la Red Eclesial Justicia y Paz, reconoce y condena los crímenes cometidos por los carteles de la droga, denunciando su fuerte presencia en los ámbitos político y económico de varios países del continente, por lo que trae a la memoria un reciente documento de la Conferencia Episcopal de Antillas, según el cual "el narcotráfico sigue devastando las sociedades caribeñas, erosionando vidas, futuros y el propio tejido moral de las comunidades".
Se trata de realidades que terminan por afectar a regiones enteras dejando miles de muertos, desaparecidos y desplazados. Sin embargo, los miembros de la red insisten en que "tipificar y atacar el narcotráfico será insuficiente, peligroso e ilegal; sino va de la mano de la construcción de una democracia honesta y eficaz; cimentada en la cultura de la legalidad y la reconstrucción del tejido social, que siempre parte de la realidad de las comunidades y países".
Precisamente, reconocen que la ausencia de democracia en países como Venezuela y la consecuente pérdida de confianza en todos los sectores políticos "atentan gravemente contra los derechos humanos de los hermanos que viven en ese país y los millones que se han visto forzados a migrar en busca de condiciones de vida razonables para sus familias”.
Para los delegados de los 19 países que integran la red, "las políticas de demostración de poder y lo que califican como una guerra sicológica en contra de Venezuela y Colombia, buscan un cambio de régimen en tanto se sigue aumentando el despliegue naval en los océanos como medida de amedrentamiento".
Situación que, en sus palabras, atenta contra los habitantes de los países caribeños y las Antillas; generando amenazas reales para la inestabilidad regional y el bienestar de las patrias hermanas. Otra de las situaciones que mencionan y hace evidente el nivel de violencia en la región es la situación que vive Río de Janeiro que de manera reciente dejó 132 muertos y 100 arrestos durante la Operación Contención.
Procedimiento que llevó a 2.500 agentes del orden entre policías, soldados y francotiradores a las favelas Complexo da Penha y Alemao de Río con el objetivo de desmantelar el Comando Vermelho, organización criminal que controla estos barrios marginales desde hace tiempo.
Sobre el tema acogen como propia la declaración hecha por la comisión brasileña de Justicia y Paz que rechaza la operación policial que no resguardó la vida de las personas inocentes ni la de los delincuentes que debían detener.
Finalmente como Red Eclesial recuerdan que la democracia y el diálogo son los únicos caminos para obtener una paz basada en la justicia y como lo ha expresado el Papa León XIV "debemos abrazar una paz auténtica fundada en el amor y la justicia".
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