CINTIO VITIER y sus fecundas iluminaciones

Nido de poesía: Nicolás de la Carrera
29 oct 2009 - 08:09

Recordábamos en el post anterior (pulsar aquí) la trayectoria vital y literaria del extraordinario poeta cubano Cintio Vitier, recientemente fallecido. La mejor celebración de un lírico ausente es comulgar con sus sagrados textos, y permitir que resuenen vivos por los íntimos claustros de nuestro corazón. Bien le definía Ricardo Gullón : “Poeta de interior, su intención queda a salvo en la constante pesquisa del milagro revelador, de las iluminaciones fecundas.”

En el breve espacio del post de hoy nos iluminará Vitier con el relámpago fugaz de cuatro intensos poemas. Preside su obra un halo misterioso de sabiduría y gracia. Con razón han señalado de él las autoras de “Hombre y Dios II. Cien años de poesía hispanoamericana”, BAC 1996, el destacado protagonismo de su inteligencia. «Una inteligencia “mística”, que parte del sentido del misterio en la vida, para desarrollar cada intuición hacia una forma laica y coherente. El pensamiento le lleva a la fe y al amor al prójimo, la solidaridad.»

"EL HOY QUE PASA Y QUEDA"

Si miramos despiadadamente hacia nuestros errores del pasado, quedaremos convertidos en estatuas de tristeza. Mejor aprender y olvidar. "Silenciosa transparencia..." En el fondo del ser aún palpita un agua fecunda de manantial, y nos invita a beberla:

¡AH, SANTO OLVIDO, COBÍJAME!

¡Ah, santo olvido, cobíjame

bajo tu ala tremenda,

límpiame el alma del moho

de la pena!

Ponle a mi boca mordaza

y a mis ojos una venda,

para no ver lo que hice

de mis fuerzas.

¡Oh llagas, oh mordedura

profunda, oh lumbre aceda,

oh bilis de mi buitre

en mi lengua!

¡Oh los días funerales,

habladuría siniestra,

atroz desperdicio, caos

que me hiela!

¡Cállame, anégame, cúrame,

silenciosa transparencia,

agua viva que en el fondo

centelleas!

El pueblo cubano celebra la vida, a pesar de todo. No conviene, veíamos, anclarse en un pasado torpemente inmisericorde. Ni soñar, flotando por gasa de nubes, un mágico futuro de ángeles y hombres. Vivir el presente, maná inmediato que alimenta nuestro día a día (ÉXODO, c. 16) y deja en el paladar sabor a leche y miel. Sin urgencia por acumular para fechas sucesivas ("el pan nuestro de cada día dánosle hoy"...)

AYER, PARAÍSO IMPOSIBLE

Ayer, paraíso imposible,

mañana, incesante utopía:

una gota de Hoy me alimenta

y es el bálsamo de mi vida.

Hoy que no puede acumularse;

maná que el ahorro mancilla;

fondo de nada en el espíritu;

hora de las nubes, vacía.

No recordar ni desear,

sombras, becerros, maravillas:

¡el Hoy, el Hoy que pasa y queda,

agua virgen, palma divina!

"NO HAY, NO HAY, PERO RESULTA QUE HAY"

Fechado a 8 de octubre de 1967, escribió Cintio este impresionante poema, muy nerudiano, en escritura vertical como las Odas Elementales. Su tono es coloquial, y nos provoca hilvanando una habilidosa "tormenta de ideas" sobre la vida en Cuba.

Se dirige a cada ciudadano y le felicita por su creativa forma de sobrevivir. Parece un caos el diario quehacer, pero ocurren permanentemente pequeños milagros, que animan a la población a seguir intentándolo. "Estás haciendo un esfuerzo conmovedor en tu pobreza, / pueblo mío..." Me resuenan en el corazón los "Popule meus" de la liturgia de Viernes Santo. Hay algo de sagrado en la resistencia de este Pueblo sin libertad pero con alegría. También el poeta se está esforzando por sobrevivir y soñar un futuro mejor ("hay cielo hacia delante").

ESTAMOS

Estás

haciendo

cosas:

música,

chirimbolos de repuesto,

libros,

hospitales,

pan,

días llenos de propósitos,

flotas,

vida,

con tan pocos materiales.

A veces

se diría

que no puedes llegar hasta mañana,

y de pronto

uno pregunta y sí,

hay cine,

apagones,

lámparas que resucitan,

calle mojada por la maravilla,

ojo del alba,

Juan

y cielo de regreso.

Hay cielo hacia delante.

Todo va saliendo más o menos

bien o mal o peor,

pero se llena el hueco,

se salta,

sigues,

estás haciendo

un esfuerzo conmovedor en tu pobreza,

pueblo mío,

y hasta horribles carnavales, y hasta

feas vidrieras, y hasta luna.

Repiten los programas,

no hay perfumes

(adoro esa repetición, ese perfume):

no hay, no hay, pero resulta que

hay.

Estás, quiero decir,

estamos.

"BAJO EL SOL DESLUMBRANTE O LA CALLADA LUNA"

A primeros de noviembre celebraremos las fiestas de Todos los Santos y los Difuntos. Ellos se fueron ya. Nosotros nos iremos pronto. Quedarán los lugares y sus innumerables objetos echándonos de menos. Nuestras huellas digitales tatuarán su piel a lo largo de algunas primaveras. Abandonaremos las fatiguillas del cuerpo con tres heridas: la de la vida, la del amor, la de la muerte...

PIENSO EN LA SANTIDAD

DE LOS LUGARES...

Pienso en la santidad de los lugares

que nos han recibido y que dejamos

quién sabe a qué parejas o a cuáles solitarios

tan distantes de nosotros como astros

y que sin saberlo continuarán los gestos

que entre las cosas quedaron inconclusos,

y pienso en las costumbres de las cosas, criaturas

de este mundo pequeño, interminable,

que no acabamos nunca de palpar, a tientas

bajo el sol deslumbrante o la callada luna,

desconocidas lámparas de lo desconocido

con nuestras huellas dactilares: jarras,

libros, esquinas, nubarrones, árboles,

el mar, el sillón, el espejo, la noche,

todo lo que llamamos la vida sin saber

qué significa siquiera la palabra

que no es una palabra sino música

oída sólo en sueños, o un instante

de ese llamado amor que nos sorprende y cae,

roto en risa entre las piedras.

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