Todas las vocaciones se dan cita estos días en Roma

Todo preparado para el jubileo de los jóvenes

Roma se prepara para recibir a miles de jóvenes de todo el mundo. Los días previos ya preparaban el ambiente y tanto la gala de los primeros Catholic Music Awards como el jubileo de los “Misioneros Digitales” han convocado a jóvenes y a quienes sintonizan con ellos bien a través de la música o de sus actividades de lo más diversas en las redes sociales.

Pero hay más detalles que nos podemos encontrar en estos días en Roma. Así por ejemplo en la casa de las Misioneras de la Caridad, en una de las calles que parte de la Vía de la Concilizione, se ha organizado una exposición sobre Madre Teresa con muchas fotografías y objetos personales de la santa.

Las hermanas con su clásico sari reciben a los peregrinos y les acompañan en la exposición.

Allí coincidí con Sor Verónica y algunas de sus hermanas de Iesu Communio que hicieron llamar mi atención a otra de las ofertas que en la Iglesia del Carmen, en plena Via de la Conciliazione ofrece durante estos días una propuesta a escuchar la llamada de Dios a tu vocación concreta. La propuesta se denomina con las siglas CRAV (Centre de Recherche et D’Anthropologie des Vocations). Con la dinámica de testimonios que se suceden a lo largo del día y que son traducidos a varios idiomas por las religiosas de Iesu Communio los jóvenes son invitados a escuchar estos testimonios.

Sor Verónica, todo nervio, coordina la actividad y se preocupe para que más jóvenes aprovechen esta propuesta en el marco del jubileo.

Otro que se hace presente en estos días es el Beato Acutis. Me crucé con una iniciativa de la Diócesis peruana de Chota Cutervo que fue recogiendo firmas en una lámina con la imagen del beato. Tuve la oportunidad de estampar mi firma muy cerca de la del Papa León XIV.

También me encontré con otro detalle relacionado con Carlo Acutis, unos jóvenes portaban una imagen que había sido confeccionada con muñecos de plástico.

Desde el fin de semana se encuentran grupos de jóvenes procedentes de los lugares más recónditos de la tierra como la pequeña isla caribeña de Aruba cercana a las costas venezolanas.

Y no quiero cerrar este artículo sin citar a los cientos de voluntarios de muchos países que dan calor y servicio con una grata sonrisa, y asumen las rígidas normas que la organización les impone como la prohibición de hablar con la prensa. Ellos son pieza clave en el engranaje de estos macroeventos.