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Hasta que la igualdad se haga costumbre.

Mujeres afganas - Universidad Católica de Córdoba | noticiasucc

EL RELATO DE LA MUJER ENCORVADA UN SIMBOLO ACTUAL POTENTE Y LIBERADOR . (LC.13,10-17)

¿Qué dice el texto sobre ella, y en qué medida es un símbolo actual?

Lucas la describe así: "una mujer a la que un espíritu tenía enferma desde hacia 18 años."

"estaba encorvada"

“Y no podía de ningún modo enderezarse” (v.10-11)

Vamos a aproximarnos a esta narración como un modo de evidenciar e iluminar la realidad de muchas mujeres aún hoy en el mundo.

La desigualdad injusta entre hombres y mujeres muestra muy bien el mecanismo de desigualdad en el mundo. Expresa la creencia de que hay unas personas con más derechos que otras, unas personas superiores y otras inferiores, unas personas llamadas a gobernar y otras a obedecer…

El texto la describe así:

Esta descripción de la mujer encorvada es una buena imagen simbólica para expresar la situación de millones de mujeres hoy en el mundo, como una y otra vez ponen de relieve los informes de Naciones Unidas.

Encorvadas por "los demonios":

“Silenciadas". Las mujeres no somos silenciosas, gustamos de la comunicación y tenemos facilidad para ella. Pero hemos sido sistemáticamente silenciadas por un lenguaje androcéntrico y patriarcal que nos ha hecho invisibles en la historia y en las Iglesias y nos ha impedido ,durante siglos, decirnos a nosotras mismas quienes somos, mostrar nuestras capacidades y valores. El lenguaje nombra y da identidad. Lo que no se nombra...no existe.

“En nuestro lugar.” Sin duda no en los primeros puestos, sino al final, en lugares invisibles.

En muchas ocasiones las mujeres hemos escuchado como un gran elogio por parte de los varones el hecho de “saber estar en nuestro lugar”

Por supuesto lugar no elegido por nosotras mismas, sino impuesto socialmente, pero justificado y sacralizado: así es por “naturaleza” o “por voluntad de Dios“ comunicada a las mujeres a través del varón, !evidentemente como debe ser...!

Lugar -dentro de la “Sinagoga”...pero por supuesto "oyendo"

¿Y si lo que Dios quisiera fuese que aprendiésemos a desaprender ese lugar?

Eso es lo que estamos haciendo muchas mujeres en la sociedad y dentro de las iglesias. Los movimientos feministas llevan años denunciando esta situación y hoy son un referente movilizador de la sociedad cada día más consciente de la injusticia intolerable que este sometimiento y encorvamiento de las mujeres supone.

Dentro de las Iglesias cristianas hace ya tiempo que las teólogas feministas, las organizaciones feministas católicas, muchas mujeres creyentes en Jesús, hemos levantado la voz con fuerza y energía promoviendo desde hace un par de años La revuelta de las Mujeres en la Iglesia denunciando esta situación que consideramos no sólo injusta sino una traición a Jesús de Nazaret que no sólo miró y trató a las mujeres de otro modo sino que promovió un movimiento de igualdad en torno a él y a la construcción de un sociedad y mundo de iguales.

Una revuelta internacional que terminará con un “Sínodo de Mujeres” en Roma en septiembre de 2022. En ese sínodo denunciaremos nuestra marginación, la invisibilización de nuestras personas, de nuestras teologías, nuestra exclusión de todos los lugares de decisión dentro de la Iglesia, una escandalosa ausencia de mujeres teólogas en facultades de teología y Seminarios, la negación de uno de los sacramentos sólo por razón de nuestro sexo y un largo etc.

Además de denunciar anunciaremos nuestras demandas que en definitiva quieren pedir a la Iglesia católica que vuelva a Jesús de Nazaret como lugar referencial para promover un mundo y una sociedad donde desaparezcan todas las discriminaciones, y desigualdades por razón de clase, raza, sexo, orientación e identidad sexual, y eso no será creíble mientras dentro de la Iglesia siga una profunda discriminación de las mujeres traicionando a la comunidad de iguales que se formó en torno a Jesús y a la primerísima comunidad donde muchas mujeres ejercieron roles y funciones de autoridad.

Vamos a volver al texto de Lucas para confirmar que esta discriminación no tiene su fundamento en Jesús de Nazaret sino en el dualismo y patriarcalismo social, cultural y religioso que sigue vigente hoy en muchos lugares y organizaciones.

Qué consecuencias tiene esa acción.

La mujer al sentirse mirada, reconocida, situada en su lugar delante no detrás

El jefe de la sinagoga:

Me da mucha pena reconocer que hoy después de 20 siglos, una vez más nos encontramos con la dificultad de muchas autoridades religiosas para comprender que:

primero estamos las personas y después las leyes, por muy santas que éstas sean que el proyecto que Jesús propone, como proyecto de Dios, no tolera discriminación alguna y si hay que privilegiar y señalar algo como prioritario es empoderar a las personas a las que se les ha arrebatado su poder, es situar en el centro de la vida a todas las personas y de un modo especial a las que han sido marginadas que cuando las mujeres reclamamos esta igualdad fundamental y pedimos en la Iglesia recuperar una comunidad de iguales estamos denunciando una infidelidad y traición al proyecto de Jesús

y por eso también hoy hay autoridades religiosas que, como el jefe de la sinagoga, se indignan y nos niegan tanto la realidad de injusticia como nuestro derecho a reclamar igualdad de hecho y de derecho dentro de la sociedad y de Iglesia.

Volvemos al texto para seguir leyéndolo hoy:

Después de la reprimenda indignada que el jefe de la sinagoga echa a la gente Jesús toma la palabra para dirigirse directamente a él y en él a todos los jefes de sinagogas, iglesias para:

“Cuando decía estas cosas sus adversarios quedaban confundidos,mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacia"(v.17)

Ojala sea verdad que cada vez más personas, que siguen negando aún hoy, la injusta situación de muchas mujeres en el mundo, y en muchas de las religiones e Iglesias, abran los ojos para descubrir su ceguera y sientan confusión y vergüenza y vayamos haciendo verdad esa igualdad fundamental .

Esta es nuestra esperanza que la Revuelta de las Mujeres en la Iglesia no pare, que sigamos levantando nuestra voz, nuestras manos, nuestros cuerpos para protestar hasta que la igualdad de haga costumbre.

Este es nuestro sueño y empeño y a unirse a él invitamos a toda la comunidad cristiana.

Texto base reelaborado, Martinez Ocaña, Emma, Cuando la Palabra se hace cuerpo en cuerpo de mujer, 2014, 4ªed, pp.51-57

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