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¿Me amas?

"El amor de Pedro, también el mío, es el que se ha escondido tras el velo de las negaciones"

"Que el amor de Dios, derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado, nos haga servidores de los pobres y ministros del evangelio"

"En esa hora, en esa comunión, mientras el corazón se te llena de Cristo, la casa se te llena de cristos; mientras el corazón se te llena de Dios, la casa se te llena de pobres"

Pedro, ¿me amas?

La pregunta no es sobre la fe, sino sobre el amor: “¿Me amas?” Y es que el amor, sólo el amor, da fe de lo que creemos.

El amor de Jesús se nos ha revelado en la entrega de su vida: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.

El amor de Pedro, también el mío, es el que se ha escondido tras el velo de las negaciones.

Quien dijo tres veces: “No lo conozco”, es invitado a confesar tres veces: “Tú sabes que te quiero”.

En realidad, es el amor de la Iglesia a su Señor, es mi amor a Cristo Jesús, el que ha de ser confesado, no ya tres veces sino treinta veces tres, pues he perdido la cuenta de las veces que lo he negado.

Tumba de san Pedro

Hoy, Iglesia esposa de Cristo, en la hora de nuestra comunión con él, se nos deja oír la pregunta: “¿Me amas?” Y, robándole las palabras a aquel experto de cobardías y de amor, con él respondes a Jesús: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero”.

En esa hora, en esa comunión, mientras el corazón se te llena de Cristo, la casa se te llena de cristos; mientras el corazón se te llena de Dios, la casa se te llena de pobres.

Hoy, Iglesia de Cristo, veces has oído la pregunta: “¿Me amas?” Te la hace el que te ama.

Mañana te examinarán en el amor.

Que el amor de Dios, derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado, nos haga servidores de los pobres y ministros del evangelio.

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