A 30 kilómetros al sur de El Hierro… nombres para una esperanza
"La Navidad no la iluminan las luces de las calles, sino el amor a los pobres"
"En esa familia sagrada encontramos gracia, no privilegios"
No olvides el mensaje que el cielo trajo a los pastores en la noche del nacimiento de Jesús: “Os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.
No olvides tampoco la señal que les dio para que pudieran reconocer aquella alegría, aquel evangelio: “Encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Y ahora, con los pastores, vamos nosotros también derechos a Belén, “a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor”.
Fuimos, fuimos todos corriendo, y allí nos encontramos con la familia de Dios: “Encontramos a María y a José y al niño acostado en el pesebre”.
Asombrosa familia es ésta, en la que el hijo lo es a su manera, lo es a su manera la madre, y a su manera lo es también aquel padre.
Pero esa familia a su manera, está llamada a ser el modelo de la familia a nuestra manera, de la familia de la fe, de toda familia humana.
En esa familia sagrada encontramos gracia, no privilegios.
Allí, en el niño, está el Hijo de Dios, por medio de quien para todos vinieron la gracia y la verdad. Allí, en la madre, reconocemos a la mujer sobremanera agraciada, a la bendita entre las mujeres, a la madre de la gracia. Allí, en José, veneramos al hombre escogido para ser el custodio de los tesoros de Dios.
Pero donde la fe reconoce a la Sagrada Familia, los ojos –los de Jesús, los de María, los de José, los nuestros- ven la pobreza y humildad del altísimo Hijo de Dios.
Allí no cabe arrogancia sino asombro y agradecimiento.
Allí el misterio es tan grande que para muchas cosas, nosotros, como la madre de Jesús, sólo les encontraremos asilo en el secreto del corazón.
El misterio es grande; sin embargo, lo que vemos es siempre pequeño, tan pequeño que podemos tomarlo en brazos como lo tomó el anciano Simeón. Lo que vemos es sólo un niño, un primogénito que ha de ser rescatado; pero la fe permite que en ese niño veamos “al Salvador” que nos viene de Dios, al que es gloria de su pueblo y “luz para alumbrar a las naciones”.
He dicho: “un niño”. Pero tú, que hoy celebras la eucaristía, no tomas en brazos a un niño, sino que recibes, como se recibe un pan, la vida entregada de Cristo Jesús. Y también en este sacramento, donde el Padre, por la acción del Espíritu Santo, te ofrece al que es tu Salvador, vuelves a encontrarlo en pobreza y humildad.
La fe dice: “La sagrada familia: Jesús, María y José”. Y los ojos ven a tres pobres, tres perseguidos, tres amenazados, tres fugados, tres emigrados, que son la familia de Dios.
"Si la fe se hace carne en nosotros, si lo que creemos se hace vida, si abrazamos la pobreza y humildad del Altísimo Hijo de Dios, él será para nosotros la buena noticia de Dios, el será nuestra alegría, él será la paz que nos visita de lo alto"
Si la fe se hace carne en nosotros, si lo que creemos se hace vida, si abrazamos la pobreza y humildad del Altísimo Hijo de Dios, él será para nosotros la buena noticia de Dios, él será nuestra alegría, él será la paz que nos visita de lo alto.
Si la fe nos ilumina, nos veremos familia sagrada de Dios en la comunidad eclesial de la que somos parte.
"Si la fe nos ilumina, veremos que los pobres, ese mundo de hombres, mujeres y niños que el poder llama 'sin papeles', 'ilegales', 'irregulares', 'intrusos', 'asaltantes', ellos son familia sagrada de Dios"
Si la fe nos ilumina, veremos que los pobres, ese mundo de hombres, mujeres y niños que el poder llama “sin papeles”, “ilegales”, “irregulares”, “intrusos”, “asaltantes”, ellos son familia sagrada de Dios.
Feliz encuentro con Cristo Jesús en la eucaristía, en la comunidad y en los pobres.
También te puede interesar
A 30 kilómetros al sur de El Hierro… nombres para una esperanza
"La Navidad no la iluminan las luces de las calles, sino el amor a los pobres"
"Encended en el corazón"
Encendamos las luces de la fe
"Que el asombro y la gratitud graben para siempre en nuestro corazón el nombre del Rey"
"Un nombre en el corazón"
"Qué significa que me arrodille delante del Santísimo, si no me arrodillo para lavar los pies de los hermanos"
Bajo las alas de la salvación
Lo último
"Va siendo hora de que la Iglesia católica recapacite para subirse al tren del progreso"
El no del Vaticano a ordenar mujeres diaconisas, ni en la Iglesia primitiva
Silencio, intemperie y "falta de frailes": ¿Basta con cumplir la ley del mercado para justificar una decisión pastoral?
Cierre del Colegio Santo Domingo de La Reina: Una lección dolorosa para la Iglesia Sinodal
El jesuita Patxi Álvarez de los Mozos revisita la génesis, alcance y vigencia del 'Decreto cuarto'
Cristianismo y Justicia conmemora el 50 aniversario del 'Decreto fe-justicia' en su último cuaderno