6 dic 2025
La Esperanza insurgente del Adviento
El Adviento es así tiempo de espera compasiva y profética. Confronta a los fabricantes de miedos —religiosos, políticos, económicos— y anuncia un mundo donde la justicia toma forma de ternura. Mientras algunos buscan un Mesías que confirme sus agendas, Jesús desarma seguridades, sorprende con misericordia y se revela en un pesebre: símbolo de un amor que no domina, sino que se entrega.
La respuesta del Adviento al miedo es el Emmanuel: “Dios-con-nosotros”. El Salmo 23 lo expresa con claridad: “Aunque camine por valles de sombra y de muerte, no temeré, porque tú estás conmigo.” La esperanza no elimina el valle; acompaña en él. Jesús nace en un pesebre, símbolo de precariedad, para recordarnos que la irrupción de Dios en la historia ocurre donde el miedo amenaza la supervivencia.
Esta esperanza arriesgada es profundamente transformadora: “La esperanza cristiana no es evasión, sino anticipación de la realidad futura que ya comienza a transformar el presente” (Moltmann, Teología de la esperanza, 1964). La esperanza cuestiona el presente, denuncia las estructuras de opresión y propone horizontes alternativos junto a los descartados de todos los Belenes.