Enrique ha llegado muy joven a una de las Diócesis más importantes de España. Esto sin duda es una buena noticia, ya que tiene unos cuantos años por delante para afrontar los retos que, sin duda, se le van a plantear
La Archidiócesis necesita una evaluación a fondo de la situación de la misma en todos los aspectos posibles e imaginables para discernir las posibles terapias, si son necesarias
Por eso, de planes pastorales, proyectos, propuestas, ocurrencias o iniciativas varias…hasta que no tengas una visión clara, mejor no. Una cierta saturación, que se arrastra desde hace tiempo, se respira en muchos ambientes. Un alto en el camino para la reflexión plural y coral es importante y necesario
En cuanto a la implicación de la Iglesia en el valenciano es un problema que se arrastra de lejos. La simetría, al menos en los pueblos, entre la familia, la calle, la escuela y la Iglesia no ha sido la deseable. Incluso en mucha gente de una cierta edad de nuestros pueblos, la misa o la predicación en valenciano se han devaluado hasta el punto que la liturgia se identifica totalmente con el castellano, por eso será necesario trabajar seriamente una cierta sensibilización, sin caer en fundamentalismos
“Cáritas” no nos exime del compromiso personal, incluido del obispo, con los más pobres y necesitados. Hay muchos prelados que presumen de “Cáritas” y me parece bien, mientras no se quede sólo en eso.
Enrique, estaría muy bien que nuestra Diócesis, siguiendo la “Laudato si” se signifique, a todos los niveles por ser una “Green Diócesis”. Contribuir a esta causa tan querida por el Papa Francisco puede ser una aportación a las jóvenes generaciones, y no te olvides que el 10 de Diciembre es el día de los Derechos Humanos. ¿Casualidad?
No deseas hacer cambios radicales, pero sí cambios supongo…La prudencia no es paralizante, es también actuante. El ritmo es lo importante. Pero un poco de audacia, al estilo de Francisco, tampoco estaría mal…