"Era el año 2008, a los 22 días del mes de julio. Un martes para ser más exactos. Bergoglio presentaba un libro del padre Giussani por invitación de los responsables de Comunión y Liberación"
"Giussani ya había fallecido. La pregunta que se hacía Bergoglio era '¿qué supone hacerse cargo de la herencia de un fundador, en concreto de la herencia escrita? ¿Cuál es la hermenéutica para hacerlo?'"
Advirtió: "la gran tentación que existe en estos casos es codificar la herencia y hacer un manual de las ideas o de los dichos, de Giussani en este caso"
"Dos semanas después, el cardenal Bergoglio volvió a advertir sobre el riesgo de codificar la experiencia cristiana, para ello contó un momento de la epopeya jesuita referida al responsable último General de la Compañía, que, en su afán de codificar, 'mató a la Compañía'"
"Respondió entonces a su propia pregunta de cómo asumir la herencia de un fundador: 'ser fiel al dinamismo histórico y a los diferentes lugares, tiempos y personas y, al mismo tiempo, conservar el carisma'"
"He vuelto a escuchar el eco de estas confidencias en las palabras que dirigió el Papa, el sábado 16 de septiembre de 2021, a los responsables de los movimientos convocados a Roma"