La plaza de San Pedro, plena de sol, resplandecía también como lo hace en las grandes ocasiones, con un mar de fieles congregado para asistir a un doble evento: indudablemente, las canonizaciones de dos jóvenes, entre ellos, el primer santo milenial; por otro lado, para asistir a la primera ceremonia de canonizaciones presididas por el papa León XIV
"La vida de Pier Giorgio representa una luz para la espiritualidad laical. Para él la fe no fue una devoción privada"
"Carlo creció integrando naturalmente en sus jornadas de niño y de adolescente la oración, el deporte, el estudio y la caridad"
"Cultivaron el amor a Dios y a los hermanos a través de medios sencillos, al alcance de todos: la Santa Misa diaria, la oración, y especialmente la adoración eucarística"
Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra