Es un Dios que se hizo carpintero, como uno de tantos, pobre y sin “contactos” o “enchufes” que lo pudieran sacar airoso de la situación...pero hizo falta un complot religioso-militar para “acabar” con Él, ya que su tiraje popular ponía en riesgo los sistemas de este mundo basados en el tener, el poder, la violencia, la vanidad del lujo...
Él sabe lo que es la pobreza desde que nació...Centra su atención en los que sufren, en los descartados, desprecia a los soberbios, como proclamó su madre en el Magnificat (Lc 1,46). Y a los que ayuda les pide que no lo anden divulgando (Mc 1,43), que Él no vino para montar un club de fans en las redes para alimentar su vanidad.
Más de una vez se pasaba por alto las normas rituales cuando lo que estaba en juego era el hambre o la salud de la persona. A nadie andaba “psicopateando” con eso de la “culpa” para manipular la conciencia de la gente. Hoy también busca liberarnos del egoísmo y la vanidad, no para caer en otras esclavitudes rituales e ideológicas, sino para "amar como Él nos ha amado”
"los dirigentes religiosos se dieron cuenta de que Jesús y ellos eran incompatibles...fueron lúcidos y consecuentes: o él o nosotros. Y tomaron la decisión lógica: hay que matarlo. Los sacerdotes exigían sumisión (hasta la muerte), mientras que Jesús daba la vida (para siempre)." (J.M.Castillo)
Jesús es la redención de la puerta de al lado. La salvación desde los pequeños, como el grano de mostaza, que se vuelve grande y estructural.