15 mar 2024
Antonio Bellella: "La vida consagrada hoy no puede presumir de ser una escuela de comunión y una parábola de fraternidad"
"Me atrevería a sugerir que, tanto en la concreción de los proyectos externos como en la cotidianeidad de los espacios internos, los consagrados adolecemos de falta de coherencia a la hora de hacer realidad estos dos ideales tan profundamente evangélicos"
"La persona consagrada, aunque externamente parezca algo distanciada de algunos virus sociales, nunca es inmune a las tendencias características de su ambiente. Siempre somos hijos de nuestro tiempo. Por ello, entre nosotros se experimenta la soledad y la desafección, y se sufre por el individualismo propio y ajeno"
"La vida consagrada ni se conforma con la negatividad, ni la maquilla… sigue luchando, es creativa y proactiva. Al igual que la vida consagrada está siendo muy valiente a la hora de afrontar diversas crisis, ha de serlo con cuestiones tan apremiantes como la comunión y la fraternidad"