Perdón, verdad, humildad y compromiso". Esas han sido las palabras clave con las que la Confer quería haber celebrado esta tarde, en Madrid, el acto público de Reconocimiento y Petición de Perdón a las Supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer, en un acto que desbordó emoción a raudales aunque, al final, se materializó el temor a que finalmente el evento pudiese deslizarse hacia algo inmerecido tanto para las víctimas como para los organizadores
Hubo petición de perdón, hubo arrepentimiento sincero, empatía, pero no se aceptó y, antes de la clausura del evento, justo después de que varias representantes de Confer ofreciesen esa petición de perdón y su voluntad de no mirar para otro lado, comenzaron los cánticos de "verdad, justicia y reparación" y de "ni olvido ni perdón"
"Ustedes me robaron la inocencia", "no puedo olvidar ni perdonar", "nefastas y criminales actuaciones", "pedir perdón no garantiza que las mujeres de las nuevas generaciones que tienen problemas de migración, proxenetas, no sufran lo que sufrimos nosotras", "el dinero que reciben ustedes tendría que ser bien utilizado para evitar estos cuestiones"... Durante más de veinte minutos, el auditorio, con más de tres cuartos del aforo ocupado, escuchó en silencio, interrumpido en ocasiones por aplausos, testimonios desgarradores de las víctimas
"Perdimos la libertad y también la fe, porque era esos lugares Dios no estaba. No nos hagan comulgar con ruedas de molino, este perdón no debe ser un gesto, ni hablar de contexto, necesitamos justicia, no condescendencia"
En este procesos que hemos tenido con las víctimas, he ido comprendiendo lo que significa el haber vivido una infancia muy difícil. Cuando escuchas tanto dolor, llegas a comprender el fondo de lo que ha sucedido", expresó el religioso dominico