¿Qué hemos hecho o qué no hemos hecho? ¿Por qué a nosotros y de esa manera tan inesperada? No sabemos ni el día, ni la hora…Eso me decía un amigo, afectado de manera total, pero añadía: “pero puedo contarlo y vivir este desastre”, y lamentando con lágrimas la pérdida de vidas humanas.
A nivel colectivo sin duda, el espectáculo ridículo, tacticista y deleznable de la clase política, enzarzada en luchas diarias para destrozarse entre ellos, es absolutamente despreciable, cuando todavía andan buscando a personas desaparecidas y cuando todavía hay grandes problemas de todo tipo en los pueblos afectados
Sin embargo frente a esta nefasta historia de los políticos, la Iglesia de Dios en Valencia, ha estado, está y estará al pie del cañón. Desde el primer momento los párrocos de las localidades afectadas, muchos de ellos con iglesias y viviendas inundadas, se han arremangado la sotana y se han puesto codo con codo con su gente.
El Arzobispo de Valencia, que me consta ha estado en su sitio de pastor en esta situación, sin duda alguna, liderará por medio de Caritas Diocesana y parroquiales las ayudas para los más necesitados. Y, por supuesto, recordará a las Instituciones Políticas sus deberes para con todos los ciudadanos.