23 oct 2025
Dilexit Te: del pecado estructural al Reino de Dios...pasando por los pobres.
El Reino de Dios no es una emoción espiritual sino un orden nuevo de relaciones donde “los ciegos ven, los pobres son evangelizados y los oprimidos quedan libres” (Lc 4,18). En una época en la que muchos confunden la evangelización con terapia emocional tranquilizadora para que nada cambie, la denuncia de estructuras de pecado y la redención como Reino de Dios son una revolución de realismo cristiano.
León XIV habla de autorreferencialidad y recuerda que “la propuesta del Evangelio no es solo una relación individual e íntima con el Señor, sino el Reino de Dios” (n. 97). Esto impulsa una eclesiología de liberación, no de complicidad con los sistemas injustos.
A diferencia de las visiones teológicas que desconfiaban de los análisis estructurales —por considerarlos marxistas o colectivistas—, Dilexit Te demuestra que la fe no teme al lenguaje de la historia, porque la Encarnación es la mayor revolución estructural imaginable: Dios se hace carne de pobre, asume una condición social, entra en las dinámicas de poder y de marginación para redimirlas desde dentro.