27 jul 2023
Oppenheimer o la parábola del científico arrepentido
El hombre no solo es razón sino también conciencia y tarde o temprano -si su conciencia no está silenciada o “empecatada”- se da cuenta que su calidad humana no es el éxito en la ciencia o el dinero, sino su discernimiento y desempeño ante los dilemas éticos y morales que confrontan su libertad.
el concepto de límite es indispensable para lo verdaderamente humano, es lo que esculpe su contorno vital. Habrá que discutir el cómo, pero pensar que no existen los límites siempre termina en el daño al prójimo y la destrucción de medio.
Los pecados estructurales se configuran con la participación de muchas etapas y responsables. La proliferación nuclear es un pecado estructural como todas las guerras, no hay justificación. No todo lo que se puede hacer hay que hacerlo, especialmente cuando hay tanto bien "básico" por realizar
«El hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia" (Francisco, LS 105)