El atentado con bomba que ayer, 3 de diciembre, mató a cuatro estudiantes católicos durante la celebración de la Eucaristía dominical en el gimnasio - utilizado como capilla católica - de la Mindanao State University, deja una secuela de miedo entre la población, especialmente en la comunidad católica
Sin embargo, como afirman los representantes de la Iglesia local, no tendrá el efecto de sofocar las voces y experiencias que llevan años trabajando por la coexistencia pacífica entre cristianos y musulmanes
Las víctimas son cuatro estudiantes católicos, animadores y voluntarios comunitarios de la capellanía universitaria, mientras que hay 54 heridos, siete de los cuales siguen hospitalizados en estado crítico
En esta trágica coyuntura, el Obispo ha destacado "la amplia y pronta solidaridad y cercanía recibidas de las comunidades musulmanas locales y la cercanía de Francisco: "Este atentado nos impulsa a no abandonar este compromiso, es más, a continuarlo con mayor convicción e intensidad"