7 nov 2025
El espejismo del retorno religioso: nostalgia clerical, liturgias pop y misticismo de elites.
La Iglesia necesita no solo escuchar recitales, sino también dejarse evangelizar por la sed espiritual del mundo actual, por sus luchas sociales, por sus movimientos de justicia, por la voz de las víctimas invisibles de estructuras eclesiales y sociales. El Espíritu, decía Francisco, “llega antes que nosotros a las plazas”, para que no creamos que somos sus dueños.
estos fenómenos religiosos no son la tabla de salvación de la religión instituida, ni hay que abordarlos de modo proselitista ni como reivindicación de la religión "de antes”. Tampoco como el olvido de los abusos estructurales de la iglesia. Son oportunidad para que la Iglesia aprenda del mundo, escuche por donde caminan las esperanzas del hombre actual, renuncie a nostalgias de retrotopías sacralizadas.
El criterio final del discernimiento siempre ha de ser la compasión y la justicia, porque sin compromiso con los bienaventurados de Jesús, no hay cristianismo sino culto reciclado al becerro de oro.