Tras recordar los sufrimientos vividos por el país magiar a consecuencia de las "dictaduras nacionalsocialista y comunista" y alabar el nivel de libertad de que ahora disfruta, lanzó Francisco en su primer discurso de esta visita de tres días una seria advertencia: "Parece que asistiéramos al triste ocaso del sueño coral de paz, mientras los solistas de la guerra se imponen"
"Es esencial volver a encontrar el alma europea: el entusiasmo y el sueño de los padres fundadores, estadistas que supieron mirar más allá del propio tiempo, de las fronteras nacionales y las necesidades inmediatas, generando diplomacias capaces de recomponer la unidad, en vez de agrandar las divisiones"
"Los valores cristianos no pueden ser testimoniados por medio de la rigidez y las cerrazones", afirmó Francisco ante quienes en tantas ocasiones llevan a gala su cristianismo, y aunque ponderó la "provechosa colaboración entre el Estado y la Iglesia", abogó por "salvaguardar bien las oportunas distinciones
"Hacemos todo lo que podemos par ayudar al millón y medio de refugiados que han venido de Ucrania. Las madres queremos ganar la paz, no la guerra, no queremos enviar a nuestros maridos al frente. Todavía podemos ganar la paz. Santo Padre, le vemos como al hombre de la paz, que pueda hablar con Kiev, Moscú, Washington, Bruselas y Budapest. Interceda por una paz justa lo antes posible", rogó la presidente del país en su saludo al Papa