La CEE (Conferencia Episcopal Española) tiene razones poderosas (de prestigio e intimidad) cuando se niega a investigar públicamente la pederastia clerical, en contra de lo que ha hecho, por ejemplo, la CE de Francia, con escándalo de algunos y agrado de otros. Así lo ha declarado Mons. L Arguello, portavoz de la CEE, preguntando: ¿Por qué investigar los posibles casos de la Iglesia y no los de la COE o la FIFA?
No se puede sospechar de toda la iglesia por algunos casos, que parecen pocos y poco significativos y que, además, están siendo y van a ser investigados con prudencia dentro de la misma iglesia. No puede sospecharse de ella si no se hace lo mismo con otras entidades más proclives a un tipo de pederastia, en el campo de la familia, la educación, el deporte etc. En ese plano de “razones”, la CEE tiene razón: O nos “desnudamos todos” o no se desnuda nadie. Resulta ofensivo e injusto que se empiece sospechando de una institución tan venerable como es la iglesia, sin sospechar, al mismo tiempo, de otras.
Pero, dicho y admitido eso, debo añadir que (si quiere ser comunidad de seguidores de Jesús) y portadora de la “verdad del evangelio” (alêtheia tou euangeliou: Gal 2) la iglesia debe presentarse de un modo transparente ante la sociedad, sin escudarse en la la FIFA o la COE, ni en otros “frentes de de niñez o juventudes”, con partidos políticos, multinacional educativas o ejércitos y mercenarios (sin contar con mafias del ramo, desde el turismo sexual y la trata de menores). Pues bien, a pesar de eso, para ser cristiana, la Iglesia de Jesús ha de apelar a la “verdad” (esto es, a la transparencia y comunión del evangelio).