Este jueves, 19 de diciembre, en la Santa Iglesia catedral, el arzobispo Benavent, ha convocado a todos las voluntarias y voluntarios, que de buena voluntad, se arremangaron los pantalones, y sin miramientos, se pusieron al tajo para empezar a limpiar las calles, a llevar comida…
Las mochilas llenas de arroz, de pastas…en una palabra, a asistir a aquellos que lo necesitaban. Parecía mentira, a apenas unos pocos kilómetros de Valencia…Primero con zapatillas, después vinieron las botas de agua y las necesarias protecciones por razones de salubridad…
En Valencia, la catedral repleta, fundamentalmente de jóvenes, en una celebración a caballo, entre la solemnidad catedralicia y el aire juvenil del coro del Movimiento Junior los seminaristas de Moncada, Benavent, ha recordado que este acercamiento a la Navidad es confesar que somos cristianos, porque hemos conocido la bondad y el amor de Dios”, y por lo tanto, en clave para los voluntarios: “nuestra vocación, la de cada uno en nuestras circunstancias, es ser sembradores de ese amor que hemos conocido, en el que hemos creado, y por eso estamos llamados a sembrar esperanza en el corazón de los hombres”.