Esta semana presentamos en Madrid el libro "Ser puerta abierta: la hospitalidad en el corazón de la espiritualidad", junto a mi amiga y coautora, Jenn Gómez. La presentación tuvo lugar en el Barrio de la Ventilla, de la mano del Centro Pueblos Unidos del Servicio Jesuita a Migrantes en España.
Karina describía como la hospitalidad había transformado sus vidas: "No se imaginan las cosas difíciles que hemos tenido que pasar en nuestro país… Aquí nos acompañaron a empezar de nuevo, nos apoyaron a salir adelante, desde el primer momento. Cambiaron nuestro futuro. Mis hijos están estudiando, podemos caminar por la calle con seguridad, tenemos trabajo. España abre la puerta a muchas personas migrantes y estamos agradecidos".
Este libro es mucho más que una reflexión sobre la acogida. Es un alegato urgente y realista sobre el poder de la hospitalidad para sanar heridas, unir lo que está separado y crear lazos de hermandad en una sociedad diversa y marcada por el miedo. Sus autores revisan la raíz bíblica y la tradición cristiana de la acogida, mostrando con ejemplos reales y mirada profunda cómo este gesto crea comunidad y abre caminos de reconciliación en un mundo diverso y herido.
El Papa León XIV combina el radicalismo evangélico de Francisco con un pragmatismo apostólico forjado en las periferias.
Su mirada anclada en la doctrina social de la Iglesia marcará un pontificado que busca transformar no solo leyes, sino también corazones.
Como él mismo declaró en su primer mensaje, somos invitados a caminar unidos, sin miedo, como discípulos de Cristo que construyen puentes con diálogo y encuentro.
Su liderazgo sin duda abrirá nuevos caminos que podría redefinir el papel de la Iglesia como mediadora global en una de las encrucijadas del siglo XXI: las migraciones.
«Una de las condiciones para alcanzar la paz, pocas veces respetada, es la de la libre circulación de las personas. Frente a este derecho, qué egoísmo supone nuestro cierre de fronteras, las rejas que levantamos en Ceuta y Melilla, los muertos de Lampedusa, y de todo el Mediterráneo y de las rutas atlánticas.
Qué vergüenza, qué cobardía, cuando no reconocemos ni proclamamos que las migraciones son una realidad histórica, que todos los pueblos hemos vivido, y que crean riqueza demográfica, cultural y espiritual; y cuando callamos y no rechazamos las leyes y políticas de extranjería de nuestro Estado o los reglamentos de la Unión Europea, tan absurdas e inhumanas»[1].
[1] Palabras de Arcadi Oliveres de un texto titulado “Acercarse, con confianza y sin desfallecer, a la Paz”, 2014.
Cáritas Diocesana de Tui-Vigo organizó el viernes 14 de marzo, en el Seminario Mayor «San José» de Vigo, la jornada formativa "Derribando muros mentales: Confrontando las verdades que nadie quiere oír sobre migración", que impartió Alberto Ares, SJ.
Participaron en la Jornada el Obispo de Tui-Vigo, Mons. Antonio José Valín Valdés; el director de Cáritas en la diócesis de Tui-Vigo, D. Gonzalo Dávila; el Delegado Diocesano de Migraciones, P. Alberto Montes; y el responsable diocesano de CONFER y vicario parroquial del Cristo de la Victoria de Vigo, P. Edgardo Quintana, OP.
En palabras de Alberto Ares: «Necesitamos vivir enamorados y arraigados. Enamorados de nuestra misión de servicio y también fuertemente arraigados en nuestros valores que se alimentan del Evangelio, y que nos ayudan a vivir unidos en la esperanza. Sólo desde el espíritu de comunidad, caminando juntos podemos ser testigos de esperanza».
La Compañía de Jesús ha atendido a 127.528 personas que huían de la violencia en los tres años transcurridos desde que comenzó la guerra en Ucrania. Coordinados por el JRS Europa y la Red Xavier, en colaboración con ONG y socios locales, los jesuitas han proporcionado 612.606 servicios individuales que incluyen ayuda de emergencia, refugio, apoyo psicosocial, educación e integración, entre otros servicios, a través de la inicitava “One Proposal”.
Alberto Ares Mateos SJ, director regional del JRS Europa, expresa: "Mientras llegamos a otro sombrío hito de esta guerra y algunos responsables vacilan en su apoyo, nuestro compromiso de seguir acompañando a los desplazados forzosos por esta guerra se mantiene tan firme como el primer día. Seguiremos haciendo todo lo posible para apoyar a los desplazados en Ucrania, en los países vecinos y en todo el continente."
Esta iniciativa tiene por objeto explorar la fuerte conexión entre el cambio climático y la migración humana, destacando el papel fundamental que desempeñan los educadores en la formación y la respuesta de la próxima generación a estos desafíos urgentes.
En el marco del Día Internacional del Migrante, tuvo lugar en Valencia la Conferencia: Desmontando el mito migratorio, 5 verdades incómodas, impartida por Alberto Ares Mateos, director del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) Europe e investigador del IUEM de la Universidad P. Comillas.
¿Dónde surgen tos mitos sobre las migraciones? ¿Por qué las migraciones se han convertido en algunos contextos en los chivos expiatorios de los males sociales? La conferencia parte del contexto histórico y las tendencias actuales de la política mundial y los cambios sociales resultantes. Según Alberto Ares estos cambios han conducido a una “crisis de sentido colectivo”, fomentando una sensación de “abandono y nihilismo”.
Seguidamente se recogen 5 mitos sobre la realidad migratoria sobre las que Alberto Ares dialoga en su presentación. Sobre cada uno de estos mitos, Ares presenta la realidad con datos desde estadísticas oficiales, estudios especializados de gobiernos, universidades y organismos internacionales, así como de instituciones especializadas tanto en el ámbito económico, social, político y de seguridad.
Tenemos que dejar de culpar de los complejos retos sociales a las personas migrantes y como sociedad encararlos para seguir caminando con esperanza. Necesitamos reconectar con el mundo de la vida y de los valores, apostando por el bien común como humanidad, y alimentando el "espíritu de comunidad".
Ares resumía su propuesta, forjando “testigos de esperanza”, utilizando una metáfora: “Vivamos enraizados y enamorados”.
En el encuentro con el Papa tuvimos la oportunidad de tratar el tema de las migraciones en nuestro contexto europeo. Los niños de uno de nuestros albergues del JRS en Ucrania habían pintado un cuadro de S. Jorge, el patrón de Lviv, que dedicaron al Papa Francisco, y Anastasia, una niña refugiada de 10 años natural de Kherson, le escribió una carta en nombre de todos.
En su carta, Anastasia dice: "Mis amigos y yo pintamos este cuadro para usted. Significa mucho en nuestras vidas porque representa a San Jorge, el patrón de Lviv. San Jorge nos ayuda a mantener nuestra fe, y con él nos sentimos seguros. Por favor, siga apoyando a mi pueblo, Ucrania. Rezo para que cese la violencia en Ucrania y que podamos volver a casa algún día. Quiero volver a jugar en el parque e ir a la escuela con mis amigos".
Algo que recalcó en varias ocasiones es que no solo basta con acoger y ser puerta abierta, sino que es muy importante la integración, cómo construimos sociedades inclusivas, madurando y creciendo como comunidad de hermanos y hermanas.
Cuando le entregué personalmente los regalos, me miró a los ojos y sentí su complicidad, como he sentido en otras ocasiones cuando nos hemos encontrado. Me transmitió el agradecimiento por todo el trabajo que venimos haciendo en la acogida y la integración, y me seguía animando a que siguiéramos así.
Escuchar sus palabras y sobre todo sentir su oración, su entusiasmo y valentía, aún en tiempos de complejidad y dificultad, me emociona y me anima a seguir siendo testigo e instrumento de Dios, compañero de camino y colaborador de su misión.
En la mayoría de nuestras culturas hay historias que se repiten. Algunas pasan a formar parte de nuestro imaginario a través de cuentos y fábulas que recogen alguna enseñanza para la propia sociedad. Muchas de esas historias comienzan con la expresión: “érase una vez”.
En nuestras sociedades occidentales, y especialmente en nuestro país, estamos viviendo un serio debate sobre la acogida y la cohesión social.
Las historias se repiten, chivos expiatorios de nuestros “males”, persecuciones y vulneración de los derechos de los más vulnerables, redes de trata de personas que extorsionan y abusan, muertes en tierra de nadie que se clavan cada día en nuestras conciencias y que resquebrajan nuestra humanidad.
Las españolas y españoles hemos vivido a lo largo de nuestra historia situaciones muy similares, pero desde el otro lado de la “valla”. Estas historias ya fueron contadas antes, el tiempo era otro, pero las circunstancias, la indiferencia de las personas y las leyes actuaron de la misma forma.
Nico y Lamine, dos jóvenes jugadores españoles que han hecho ya historia con “la roja”. Dos jugadores que se han criado en barrios populares y con familias de origen migrante.
Conocer un poco más de cerca la vida de estos dos chicos me llena de alegría, porque muestra una España que acoge y que brinda oportunidades, como otros un día nos las brindaron a nosotros en otros rincones del mundo.
Junto a Nico y Lamine, también vienen a mi mente el nombre de tantos jóvenes que he tenido la suerte de conocer en España y en otros rincones del mundo.
Representan el 20% de la población en España, y muchos nos sentimos muy orgullosos, como en otras épocas en otros países y latidudes abrieron y siguen abriendo sus puertas a las personas españolas. Muchas gracias.
Las próximas elecciones al Parlamento Europeo, que se celebran entre el 6 y el 9 de junio, representan una oportunidad para que todos los ciudadanos y ciudadanas utilicen su voto para ayudar a co-crear la Europa que sueñan.
JRS Europa ha lanzado «Querido Parlamento Europeo», una campaña que pide a todos los ciudadanos de la UE que voten destacando cómo las decisiones del parlamento de la UE pueden fomentar la solidaridad y la hospitalidad, poner fin a la detención de inmigrantes, detener las políticas que externalizan la responsabilidad de proteger a las personas más necesitadas y ampliar las vías seguras y legales para llegar a Europa.
Ayúdanos a que esta campaña llegue a más personas y a que nuestro voto refuerce una Europa acogedora
“Estamos descorazonados por la aprobación de un Pacto Europeo sobre Migración y Asilo que no traerá soluciones, sólo más sufrimiento humano. El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) mantiene su compromiso de acompañar y servir a las personas refugiadas y migrantes, caminando con ellas de la mano en estos tiempos difíciles."
"También centraremos nuestros esfuerzos de incidencia para garantizar que los planes de implementación mitiguen el impacto de esta nueva política inhumana. Este es un día triste para Europa y los valores europeos.”
La red del Servicio Jesuita a Refugiados en Europa celebró en Bucarest su Reunión de Coordinación Regional y su Asamblea General Anual, centradas en "La inclusión social: Un enfoque educativo".
"El JRS se reúne cada año para crecer en este espíritu de familia y responder juntos a las nuevas oportunidades y retos."
"El JRS no es para nosotros una organización cualquiera, sino una red y una comunidad. Una red porque conecta a las provincias jesuitas europeas. Y una Comunidad porque son personas motivadas por el deseo de ayudar a los necesitados"
"También queremos dar las gracias a todos nuestros equipos porque todos juntos estamos aquí para mantener viva la esperanza."
Vivimos en un contexto donde la gratuidad y el mostrar lo bueno de los demás no está tan de moda. Vemos las noticias y parecen un cúmulo de desgracias y a veces de descalificaciones, sino de cotilleos insanos.
Vales lo que tienes, los títulos que acumulas, lo que se puede comprar con dinero. Si no estás en el mercado, en los medios, en las redes sociales, no existes.
Pero al final todos somos conscientes de que lo verdaderamente humano e importante en nuestra vida reside en la gratuidad: el amor, la amistad, la familia, los hijos, la vida, etc.
Los Jesuitas acompañaron a más de 100.000 personas refugiadas ucranianas desde el inicio de la guerra
A través del programa One Proposal, los Jesuitas proveyeron de manera continua asistencia de emergencia, alojamiento, apoyo psicosocial, educación e integración a las personas desplazadas por la violencia en Ucrania.
Dios no deja a nadie de lado. Acoge a todos. No es solo de los buenos, sino que, con su bondad sana, conforta, salva a todas las personas y las transforma. Jesús lo siente tan dentro que no duda en comer con pecadores, tratar con prostitutas o con gente de mal vivir. No era imaginable en aquel tiempo que el Hijo de Dios pudiera relacionarse o sentarse a la mesa con pecadores.
Jesús de nuevo ante el sufrimiento humano, se conmueve y toma partido. “…suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.» Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.»”
Jesús toma partido, se acerca, toca, asumiendo el riesgo de contagiarse. Se expone al contagio, porque la misericordia de Dios no conoce barreras. Jesús combate los males y los sufrimientos del mundo, haciéndose cargo de ellos y venciéndolos con la fuerza de la misericordia.
Tomate un momento para pensar quienes son los leprosos o las personas marginadas en nuestro contexto actual, en la sociedad, en mi escuela, en el trabajo, incluso en la Iglesia. ¿Cómo me relaciono con esas personas? ¿Tomo partido como Jesús?
Jesús sale de la sinagoga de Cafarnaúm y y se fue a compartir a casa de dos de sus amigos, de sus discípulos, de Simón y Andrés.
Jesús comienza a relacionarse con sus amigos, con las primeras comunidades de una forma diferente. En el centro de la amistad o de las relaciones ya no están las leyes y los preceptos, y no es que Jesús diga que no tienen valor, sino que las leyes están al servicio de la Buena Noticia, del mandamiento más importante, el amor.
La madre de la esposa de Simón está enferma y no puede salir a recibirlos en la casa. Marcos nos dice que Jesús no se queda sentado disfrutando con los demás, sino que se preocupa por los más desvalidos, no tiene miedo de contagiarse de ninguna enfermedad, y toma la iniciativa, se acerca, la coge de la mano y la levanta. A la mujer se le pasaron todos los males y empieza a servirles.
“Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.” Jesús llevaba una vida muy intensa, no paraba de caminar y de moverse, de conmoverse, de acoger, de servir, de sanar,… pero nunca abandona la relación con su Padre, donde reside su fuerza, su confianza, su esperanza, la fuente de su amor.
¿Cómo me relaciono con los demás? ¿Quiénes son mis amigos? ¿Qué lugar tienen en mi vida las personas que peor lo pasan? ¿Con quién comparto la mesa? ¿Cómo es mi relación con nuestro Padre?
Algo que valoro mucho del Papa Francisco es que nos ha animado a ponernos en camino, a vivir junto a Jesús y según su estilo, pobre y humilde, siempre cerca de sus predilectos; tendiendo puentes, denunciando las injusticias, buscando la paz, acogiendo desde la misericordia, e impulsando procesos sinodales como una gran familia en misión.
Francisco ha sabido leer de un modo especial el signo de los tiempos que vivimos con nuestras hermanas y hermanos migrantes, abriendo las puertas, siendo tienda de campaña, acercándonos a la gran riqueza que las personas migrantes aportan a la Iglesia y a nuestras sociedades.
La recién estrenada "Migración: Un viaje patas arriba" es una nueva película de Illumination, una nueva recreación de esta experiencia de ponerse en camino, de arriesgarse, de abrir horizontes, de crecer como personas.
La familia Mallard, una familia de patos vive plácidamente en un estanque de Nueva Inglaterra en Estados Unidos. Papá pato, Mack, un padre superprotector y miedoso. Mamá pata, Pam, por el contrario siente un deseo enorme de explorar nuevas aventuras, de abrirse a la vida y de ayudar a sus hijos a descubrir todo el mundo que está más allá de su estanque.
Junto a sus hijos –el adolescente Dax y la patita Gwen– deciden emprender un viaje hacia el sur para pasar el invierno, viviendo múltiples aventuras.
Todos somos migrantes. La historia de la humanidad así lo demuestra. También en la naturaleza tenemos claros ejemplos de migraciones periódicas. Salir de la propia tierra, para adentranse en nuevas oportunidades, buscando un futuro mejor es algo que nos constituye como humanidad.
“Migración” no es un camino de partida o de llegada, es un proceso, una escuela de vida, donde todas las personas crecemos, aprendemos a ser mejores personas, a ser compañeros y compañeras de vida, donde aprendemos a amar y ser amados. Todos somos migrantes.