Presentación del libro "Ser Puerta Abierta"
SER PUERTA ABIERTA: La hospitalidad, una forma de vida
La hospitalidad renueva nuestra vida en común
Estamos dando los últimos pasos de un año que nos sigue recordando que nuestra vulnerabilidad es camino de encuentro y de esperanza. Frente al miedo, las barreras, los muros, la hostilidad,... se abre un camino, como nos invita el Papa Francisco al encuentro, a la esperanza, a la hospitalidad.
Es desde nuestra fragilidad y vulnerabilidad a través de la cual se Dios se hace presente en nuestras vidas, para abrir nuestras puertas, nuestros corazones de par en par. No como una experiencia naif o de ingenuos, sino como una verdadera experiencia espiritual anclada en nuestra tradición como pueblo de la alianza.
En este año que ahora concluye hemos vivido varias experiencias que nos invitan a mirar el futuro con esperanza. Os presento tres propuestas que son signo de esperanza para este nuevo año. Porque no olvidéis que hospitalidad rima con esperanza.
El Papa Francisco, como testimonio de hospitalidad, y con el apoyo del gobierno italiano, ha acogido a varios refugiados con los que se encontró durante su visita a Chipre y Grecia hace unas semanas. Estas familias de refugiados serán acogidas, como Iglesia. Como dice el Papa: "Es un pequeño signo, que espero sirva de estímulo a los demás países europeos para que permitan a las realidades eclesiales locales hacerse cargo de otros hermanos y hermanas que necesitan urgentemente ser reubicados."
El JRS Europa quiere agradecer al Papa Francisco sus palabras y reiterar su llamamiento a que se den las condiciones para que la Iglesia Católica reciba a los solicitantes de asilo que necesitan urgentemente ser reubicados en la UE. El JRS apoya a la Iglesia en Europa para que acoja, proteja, promueva e integre a nuestros hermanos y hermanas en movimiento.
Al final del año nos acordamos también de las personas privadas de libertad en nuestros centros de detención, lo que en España llamamos CIE. La detención de migrantes y solicitantes de asilo no es necesaria. La UE y sus Estados miembros deberían invertir en medidas manifiestamente más rentables, más humanas y más eficaces. Debemos aprovechar la experiencia adquirida con las alternativas a la detención y trabajar por una UE que no deje a nadie atrás.
La mayoría de las personas detenidas por procedimientos de inmigración nunca han cometido un delito. Hay pruebas sólidas de que la detención es perjudicial para la salud física y mental de las personas. La detención se justifica a menudo para imponer el retorno de los inmigrantes en situación irregular. Sin embargo, no hay pruebas de que la ejecución de las devoluciones aumente con el uso de la detención. Existen alternativas a la detención. Son eficaces, humanas y asequibles y deberían utilizarse.
Esta Navidad especialmente y en este nuevo año que ahora comenzamos, desde el JRS Europe apoyamos a las personas que están solas en los centros de detención de inmigrantes. Puedes ayudarnos a acabar con la detención de inmigrantes.
La hospitalidad es casi tan antigua como la propia humanidad. En lo más profundo de nuestro ser se encuentra la capacidad de abrir las puertas al prójimo: como seres humanos, nos sentimos impulsados a acoger al forastero y a construir nuevas relaciones, incluso con aquellos que parecen diferentes a nosotros.
Hoy en día, la hospitalidad parece difícil y rara. Cada día, las personas que se encuentran en las fronteras son discriminadas por los países donde buscan refugio. La política migratoria europea es cada vez más estricta; el último Pacto de Migración de la UE, redactado este año, recomienda aumentar las detenciones, facilitar las deportaciones y externalizar las fronteras, con el fin de mantener a las personas lo más lejos posible de nuestros territorios. La hospitalidad como valor parece haber sido olvidada hace tiempo por los responsables políticos europeos.
Pero podemos volver a la hospitalidad, y deberíamos hacerlo. Este es el argumento que os propongo en "Xenia 3.0: Recrear la hospitalidad en un mundo diverso". Rastreando las raíces bíblicas de la hospitalidad y contextualizándolo en la realidad migratoria actual, la hospitalidad puede ayudarnos a tratar la diversidad y a fomentar procesos de integración y cohesión social. Con la hospitalidad, podemos aprender de nuevo a dialogar realmente con los que son diferentes, y a aceptarnos mutuamente dentro de un mundo inclusivo, donde nadie se quede atrás.
Así que hoy, cuando la hostilidad parece ganar terreno a la hospitalidad, la práctica de la hospitalidad constituye un auténtico acto de resistencia.
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