Suena y se multiplica el clarín a través de móvil. Llaman de nuevo a filas. Nos invitan otra vez al compromiso cívico, a la cola ciudadana. Convocan a un tercer pincho y saludamos por supuesto la preocupación de las autoridades por la salud colectiva. Honramos sinceramente unas instituciones que velan por nuestro bienestar, sin embargo, en los medios de comunicación, ya públicos o privados, no se enfatiza sobre la necesidad de abrazar una medicina más preventiva. No se menta por ejemplo la vacuna que no atraviesa punzante la piel y pone el cuerpo patas arriba; no se alude a la inmunización del sol que entra suave por nuestros poros e inunda de nuevo vigor nuestro cuerpo. Poco se invoca el diario y exigente autocuidado más allá de la "todopoderosa" inyección, la responsabilidad inherente al gobierno de un cuerpo. Echo en falta algún tertuliano que glose la alimentación sana, ecológica y natural como auténtico freno ante los ataques de los virus. Extrañamos expertos en salud que se refieran en los telediarios a los elementos del fuego, el agua, el aire y su profilaxis desestimada.