"Se han propuesto fomentar el exilio de su cerrado y anacrónico coto. Representan calcadamente el Sanedrín que Jesús se esforzó en ganar para una causa más generosa, altruista y abarcante"
"Investiguen, reconsideren, rectifiquen. Tamaño gesto no pasaría desapercibido"
"No durará dos telediarios la Iglesia que, en flagrante contradicción con el mensaje del Nazareno, alienta la separación y fomenta el alejamiento de vías espirituales serias, responsables y necesarias"
Me gusta escribir en este rincón de Religión Digital porque me permite expresarme enteramente libre, sin ningún tipo de autocensura, sin necesidad de modular la palabra. El alma teclea y se reúne al poco en otra pantalla lejana con otra alma hermana. Es sencillamente ella, diáfana y no se reprime.
Hoy a la tarde me preguntaba porque hemos elegido encarnar en un entorno a menudo tan negacionista con todos los obligados silencios que ello comporta. Negacionista no de una cámaras que se inundaban de letal gas y encerraban latidos hermanos; no de un cambio climático que derrite los hielos y nos desnuda a deshora de abrigo... No, negacionistas de otro orden, mucho menos grave, pero también sorprendente. Me refiero al negacionismo de la infinitud que a cada instante tenemos por agradecer.