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¡Bien venidos!

¡Bien venidos!

Queridos amig@s que compartís cada semana este minuto conmigo, de nuevo nos rencontramos si así lo queréis.

Imagino que habrá sido un verano corto y a la vez deseado, sobre todo este año que lo necesitábamos de una manera más especial e intensa.

Muchos habréis aprovechado para escapar de la ciudad y reencontraros con la madre naturaleza. Escuchar el sonido del mar, dejaros acariciar por esa brisa fresca, sentir el viento en vuestro rostro, hacer deporte, leer ese libro que nunca encontramos el momento para ello, amar, agradecer… es algo que siempre debemos hacer… pensar y organizar un poco nuestra vida, nuestros pensamientos, cuestionarnos e incluso ¡por qué, no!: ¡¡ soñar!!…

Todos ellos, momentos que no siempre le damos el sitio que merecen ni la importancia que tienen, pero necesarios.

Estamos a la puerta del inicio de un nuevo curso, expectantes, pero ilusionados y confiados de que ya hemos pasado lo peor. Dispuestos a empezar desde la casilla de salida para arrancar con lo mejor de cada uno de nosotros y poder llegar a la meta orgullosos de ver que hemos conseguido si no todo, gran parte de lo que nos habíamos propuesto.

Con esta disposición empecemos a caminar en medio de las rosas, pero sin olvidar las espinas…

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