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Comienza el Adviento

Comienza el Adviento

Seguro que esto no os suena a nuevo porque es algo que litúrgicamente celebramos todos los años. Pero creo que la clave está en cada uno de nosotros, si nos preparamos y tomamos conciencia para que sea algo nuevo o nos pasa desapercibido como cualquier fecha del calendario…

Quizá podríamos empezar por preguntarnos a quién esperamos y cómo los esperamos. No lo hagamos desde las alturas y el misticismo, sino desde lo cotidiano, desde los signos y acontecimientos de cada día. No busquemos pesebres por internet o por Google Maps, es más fácil que todo eso…

Cuántas veces han llamado a la puerta de nuestra casa y les despedimos con un: “lo siento, estoy ocupad@” o vamos en transporte público, alguien se sube pidiendo, y no levantamos la mirada de nuestro móvil o seguimos con la música. Vienen nuestros hermanos a nuestras costas y les criticamos por lo que les dan o nos quitan…

Creo que deberíamos de empezar a reconocerle en lo cotidiano de la vida, sin esperar un rayo del luz del cielo, ni cosas paranormales. Empecemos por hacerlo a través de nuestra escucha, acogida, nuestro tiempo, algo que tan caro parece ser en nuestros días… En estas pequeñas cosas es desde donde nace el adviento.

Si somos capaces de ver el mundo con otra mirada, de reconocer a ese Niño que quiere acampar entre nosotros, pero que demasiadas veces, se lo ponemos excesivamente difícil, habremos entendido qué es el Adviento…

Acojamos el misterio de la VIDA y aprendamos a contemplarlo. si somos capaces de hacerlo, entonces no tendremos que preguntarnos qué o a quien esperamos…

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