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Hagamos del Adviento un tiempo diferente

Hagamos del Adviento un tiempo diferente

¡Sí! Diferente… tiene que ser diferente, ¡hagámoslo diferente!

Es verdad que cíclicamente lo celebramos todos los años, como la Navidad, la cuaresma o la Pascua, pero no tiene por qué ser igual. Depende de ti, de tu corazón, de tu estado de ánimo, de si eres capaz de escuchar lo que hoy, ahora, el Señor te quiere decir…

Éste es un tiempo de espera, de desear, suplicar y anhelar.

Tenemos 4 semanas para empezar a caminar, para preparar ese nacimiento, como hacen nuestras madres cuando viene un bebé y está en camino hasta llegar a la meta, ese es el mismo Niño Dios, que se acerca y se hace uno de nosotros… hasta entonces, cuantos sentimientos, cuantos propósitos y palabras, que ojala no sean vacías, cuanto sentido…

Todo ello tiene una palabra: ESPERANZA. Aprendamos a esperar con ilusión, con emoción, como una madre espera a su hijo, pero también con inquietud.

La Iglesia espera la venida de su Señor. Necesitamos de sea venida, y por eso, necesitamos actualizarla cada año. S. Pablo nos dice: “¡despertad del sueño!”, ¡hagámoslo!

Elevemos nuestra mirada y comencemos a caminar con esperanza.

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