Hazte socio/a

Aquí y ahora

Aquí y ahora

Amigos que compartís conmigo este minuto. Ante tanta incertidumbre que vivimos cada día en tantos sentidos, parece que nuestra vida se tambalea. Lo que hoy es blanco, mañana es negro, donde vemos un rayo de luz de pronto aparece un nubarrón…

Buscamos certezas, algo a lo que aferrarnos, que dé sentido y estabilidad a nuestra vida. Sabemos que nuestro tiempo es limitado, no hay una certeza de un mañana. Todo lo que tengo y lo que soy, es el ahora, por eso, creo que es importante saber abrir los ojos cada mañana y no solo abrirlos, sino mirar, aprender a mirar, a escuchar… ¡cuánta gente necesita ser escuchada!, sin embargo, demasiado a menudo esto nos pasa inadvertido porque en nosotros predomina el “yo”. Mis problemas, mi situación, yo, solo yo…

Parémonos, aprendamos a escuchar, no es tan difícil, abramos el corazón a tantos hermanos nuestros que lo necesitan. Tendamos una mano a quien nos la está pidiendo, expresemos nuestra cercanía, nuestro estar ahí. A veces no se necesita más, solo estar, especialmente ahora cuando hay tantos hermanos sufriendo y pasándolo mal. Sé que hay cosas, situaciones, que no están en nuestra mano, quizá ninguna, pero sí “estar”, sin más… Dejemos a un lado nuestros egos, nuestro yo…

Todos conocemos el Evangelio de Mateo 25, ante esto, ¿Qué estoy haciendo yo, cual es mi granito de arena, mi contribución? Demasiadas manos extendidas pidiendo una acogida, un trozo de pan, un poco de nuestro tiempo… para esto no existe un mañana, porque no sabemos si hay un mañana. Se nos está pidiendo ahora.

Es el momento de decidir, de concretar, de afrontar retos y dificultades. Quizá complicadas, pero por lo menos pensar: ¿merece la pena vivir solo para mí y mis circunstancias?

Aprovechemos la oportunidad que nos regala la vida cada día para abrir nuestras manos, acoger, abrazar, llenar nuestro corazón de nombres, de cercanía, de presencia… Estoy segura que si somos capaces de vivir así, nuestra vida tendrá un sentido diferente… intentémoslo…

También te puede interesar

Recuerdo a José María Castillo a los dos años de su muerte

Gracias, Pepe

Lo último

"Va siendo hora de que la Iglesia católica recapacite para subirse al tren del progreso"

El no del Vaticano a ordenar mujeres diaconisas, ni en la Iglesia primitiva

Silencio, intemperie y "falta de frailes": ¿Basta con cumplir la ley del mercado para justificar una decisión pastoral?

Cierre del Colegio Santo Domingo de La Reina: Una lección dolorosa para la Iglesia Sinodal