Hazte socio/a

¡Cómo nos gusta el ruido!

¡Cómo nos gusta el ruido!

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos rodeados constantemente de ruidos, tantos que quizá no somos ni conscientes de lo acostumbrados que ya estamos. Obras, coches, motos, gritos etc y si no tenemos bastante con todo esto, nos ponemos los cascos con música a todo volumen para no enterarme de lo que pasa fuera, es como si fuese una barrera que pongo entro yo y el resto del mundo. Da igual lo que suceda fuera porque no me importa, soy yo el que elijo lo que quiero escuchar, lo demás no me interesa. Ya pueden pedirnos ayudar o llamarnos, que da lo mismo.

“El mundo de hoy se ha convertido en un mundo sordo” dice la encíclica Fratelli Tutti. La naturaleza grita, pide auxilio. Los incendios han arrasado este verano media España y la mayoría provocados. Los animales dependen del sonido como medio de vida, lo necesitan para comunicarse, para orientarse, para poder comer, pero se lo estamos impidiendo, y no solo a los animales, porque eso nos repercute a nosotros también, pero parece que no somos conscientes, o no queremos serlo.

¿Habéis pensado cuantas personas están desquiciadas por esta forma de vida, consumiendo ansiolíticos, estresadas, deprimidas, irritables etc…?

Amig@s nos falta la capacidad de escucha. La escucha requiere silencio para poder contestar, pero no sabemos, no somos capaces. Interrumpimos sin dejar acabar al otro para poder hablar yo. La escucha es un estilo de vida, pero nos incomoda, de ahí la necesidad del ruido y cuanto más, mejor.

El silencio es como si nos molestase y cuanto más se prolonga, más incomodos nos sentimos. ¿te has preguntado por qué?

También te puede interesar

Recuerdo a José María Castillo a los dos años de su muerte

Gracias, Pepe

Lo último

"Va siendo hora de que la Iglesia católica recapacite para subirse al tren del progreso"

El no del Vaticano a ordenar mujeres diaconisas, ni en la Iglesia primitiva

Silencio, intemperie y "falta de frailes": ¿Basta con cumplir la ley del mercado para justificar una decisión pastoral?

Cierre del Colegio Santo Domingo de La Reina: Una lección dolorosa para la Iglesia Sinodal