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Un recuerdo para tantos profesores que lo dieron todo

Un recuerdo para tantos profesores que lo dieron todo

Uno de los muchos recuerdos que tengo de mi infancia es como con toda paciencia mi profesora se sentaba conmigo para enseñarme a leer, a escribir, a pensar, a ser una personita e ir formándome poco a poco para que el día de mañana fuera capaz de vivir con hondura, con profundidad y poder aportar algo a la sociedad.

Por supuesto que la mayor parte de la educación se debe de recibir en casa porque la familia lo es todo, pero también ¡cuántas gracias tenemos que darles a ellos!

Sabían que todo lo que se esforzaban por nosotros, quizá no les seria reconocido por los niños porque al curso siguiente ya cambiaban de profesor y se olvidaban, pero era su vocación, conscientes de que quizá no recibirían nada a cambio, aun así, lo vivían y transmitían…

Hoy quiero dar las gracias a tantos profesores y profesoras que siguen dando todo por sus alumnos, que intentan que aprendan a ser PERSONAS con mayúscula y que se les sigue recordando, se les sigue llevando en el corazón a pesar de que hoy en día, ser profesor no es como antes, porque creo que muchos padres no son conscientes de lo que ellos están haciendo por sus hijos. Toda educación conlleva enseñar, reprender, aceptar, etc y eso parece que hoy cuesta.

No quisiera que se olvidaran sus nombres, sus desvelos, sus preocupaciones por sus alumnos, incluso sin reloj, sin hora, porque lo importante, éramos nosotros… los niños… ¡GRACIAS!

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