Por unos días, el líder budista se ha vuelto a convertir en Tenzin Gyatso y su poder espiritual ha perdido credibilidad
El papa Francisco tiene como premisa otorgar siempre privilegios a la dramática de la simplicidad
Los líderes religiosos actuales deben comprender que ha finalizado la era de la cultura basada en el libro, la radio y la televisión —los medios tradicionales—
Dalái lama o la religión frente a los medios
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Dálai Lama
En el breve instante que dura subir un vídeo a Youtube, Tenzin Gyatso, el catorceavo dalái lama, líder espiritual budista del pueblo del Tíbet y merecedor en 1989 del Premio Nobel de la Paz por su dedicación a la liberación sin violencia del Tíbet, pasó de ser un aclamado líder religioso mundial, a estar considerado como un pedófilo anciano peligroso que le propuso darle un beso con lengua a un niño. Detrás de toda acción humana subyace una antropología, un modo de concebir al hombre que nos determina, y es necesario rescatar que en la cultura del dalái, sacar la lengua puede ser considerado una forma de saludar.
Todo parte de una tradición devenida del siglo IX, en tiempos de un rey impopular llamado Lang Darma, conocido por su lengua negra. La gente del Tíbet, pensando que el rey había renacido, sacaban su lengua para mostrar que ellos no eran el monarca. Pero el Dalái lama, pese a su edad, es un hombre del siglo XXI y ha sido juzgado bajo estos códigos por una opinión global que mira con dolor cómo un religioso que defiende una filosofía de la no violencia, es capaz de filmarse tratando de forzar a un menor a “chupar su lengua”.
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Dálai Lama
A pesar de que aún no se conocen detalles exactos del contexto en que ocurrió el incidente, por unos días el Dalái lama se ha vuelto a convertir en Tenzin Gyatso y su poder espiritual ha perdido muchísima credibilidad. Las sociedades actuales sumamente conectadas exigen de la religión un testimonio coherente de cara al mantenimiento de algo tan vital para su práctica social como la reputación. Los medios de comunicación se han convertido en los estandarizadores de la cultura global y los valores éticos occidentales marcan el escrutinio de la opinión pública.
En su obra Lo sagrado y lo profano, Mircea Eliade, profesor de religión comparada, comenta que lo visual “redializado” está despojando al universo de su carácter sagrado y produce "el individuo irreligioso de las sociedades actuales". La religión ya no será más una patente de corso que permite a sus líderes, como en etapas premodernas, moldear el imaginario popular a su gusto.
Dálai Lama
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Los líderes religiosos actuales deben comprender que ha finalizado la era de la cultura basada en el libro, la radio y la televisión —los medios tradicionales—, y que las redes sociales de comunicación, en general, han instalado ya al ser humano en una "aldea global", una sociedad digital tribalizada a escala planetaria. Uno de los líderes religiosos de esa aldea global del siglo XXI, el papa Francisco, tiene como premisa otorgar siempre privilegios a la dramática de la simplicidad.
"Su Santidad a veces bromea con personas que conoce en una forma inocente y juguetona, incluso en público y ante cámaras. Está arrepentido del incidente". Esto lo publicó el equipo de prensa del Dalái ante el reclamo mundial. Esperemos que lo sucedido pueda servir de lección a él y a otros líderes mundiales sobre el hecho de que hay un sentido del bien que hemos estructurado los seres humanos y no hay “mística” religiosa que lo pueda traspasar.
El mundo académico de la historia de la Iglesia recibe con agrado este reconocimiento a una voz como la de la Dra. Bidegain, quien ha sido fiel a consagrar sus dones al servicio de visibilizar a las personas menos favorecidas por el relato hegemónico.
El religioso, hasta hace pocos días, obispo de La Vega, sustituirá a monseñor Francisco Ozoria, una vez este presente su renuncia al cumplir los 75 años.
Todo el mundo piensa en el después, en el después en medio de las dificultades por las que está pasando nuestro pueblo de carencias, bueno, pues un ciclón empeora más las cosas. Pero, tenemos que enfrentar el ciclón.
Carpio compartió que desde el 2007 cuando entró en la CEHILA se decantó pro el trabajo en la fabricación de la santidad y del martirio desde una postura de la Iglesia