"Abrir los brazos. Es el mismo gesto que hacemos cuando abrazamos. Y tal vez tenga una clara relación. Los abrazos abren caminos a la amistad, el amor, la compasión…"
"Cuando empieza a aparecer la vejez en nuestro organismo y a hacerse patente, no siempre se está preparado para asumirla y aceptar la debilidad que comporta"
"Es un consuelo –al menos para los que tenemos fe- lo que dice San Pablo de que, mientras esta casa corporal se va deshaciendo, interiormente crece otra más fuerte…"
"¡Ojo! Cuando empiezan a decirte: '¡Qué bien estás para tu edad!', te recomiendo que hagas acopio de estos dos remedios inefables: fe y sentido del humor. Eso no te lo decían antes, ¿verdad?"
"Sentirnos tan cercanos, tan iguales, tan felices alrededor de la Mesa del Señor nos hermanó de tal manera que en algunos momentos no pudimos reprimir algunas lágrimas"
"Yo tuve además la dicha de compartir el gozo de mi vejez aumentada al cumplir 88 años, porque me esperaba una sorpresa maravillosa. Mossén Peio había preparado para felicitarme algo que nunca pude imaginar: leerme unas palabras que mi padre –al que venero como a un santo- escribió el día que entré religiosa en la Compañía de Santa Teresa, alentándome a la santidad en mi nuevo estado, que él definía, con orgullo de padre, como de 'esposa de Cristo'"
"Algunas de las fotos que acompañan este escrito reflejan el gozo de esa noche santa"
Durante la hora y media escuchando las maravillosas palabras salidas de almas enamoradas y el estupor ante una creación virgen o unos fotogramas que el arte humano sabe regalar, gocé, lloré, reviví y comprendí una vez más que sin Dios la felicidad queda tan limitada como limitada es nuestra capacidad de amar...
"Voy a dar mi humilde opinión. La de una monja que me considero educada en un mundo 'culturalmente alto' y que tengo 87 años"
"No puedo negar el fallo tremendo de la educación en ese campo: el de la afectividad y la sexualidad que, por ser tabú, se convirtió en un peligro para todos. Esa actitud se prolongó bastantes años"
"Al entrar muy jóvenes, y con la ignorancia que en aquellos tiempos era "virtud" o eso parecía, puede ser que nos convirtiéramos, sin querer en 'pobres muchachas'"
Yo he tenido la suerte de participar muchas veces en mi larga vida de este gozo. Pero lo que ahora vivo en el Hospital de Campanya de Santa Anna -sin hacer comparaciones que nunca son buenas- me llena de tal gozo que necesito compartirlo con mis lectores
Una gozada de índole universal, este Belén viviente ante el que sonreiría satisfecho el "pobre de Asís" que fue el creador de los pesebres. Y nosotros gozaremos de convivir con los preferidos de Jesús que le rodearán en el pesebre viviente