El AT puede titularse Libro de las guerras de Yahvé (Núm 21,14), y trata, en pare, Yahve-Yahú. Dios guerrero con sus luchas, empezando en la conquista de la tierra, como invasión, emigración y/o revolución.
Aquella conquista nos sitúa ante la inmensa ambigüedad de la Biblia israelita. (a) Por un lado, presenta la tierra es don (regalo) de un Dios guerrero, como los dioses de los pueblos del entorno (moabitas, filisteos, sirios…). (b) Por otro lado, la conquista de esa tierra es resultado de una serie de pactos y guerras de las tribus de Israel, pero también de una inmensa generosidad humana. según las tres hipótesis que siguen:
Por la Biblia, y por textos de su entorno, sabemos que en Oriente (Fenicia, Siria...) había (lo mismo que en Israel) hombres sagrados que anunciaban sus oráculos en nombre de Dios o del poder (Espíritu) divino: profetas de Mari, videntes de Canaán, antiguos “derviches” y guerreros de Dios (cf. 1 Re 18,25 ss o Is 28,7) ss. como los “asesinos” ("hashashin", ismaelíes, sagrados de la edad media). Actualmente han vuelto, en Israel y su entorno, en cuatro de las cinco partes del mudo, como si la vida fuera secundaria, la guerra necesaria
Tres principales... y además la nuestra, la de nuestro tiempo, con la guerra de Jerusalén y Gaza. Para reflexionar sobre el tema del evangelio de hoy: Jesús y la serpiente de Moisés, elevada en el desierto.
Este motivo c (=no es el hombre para el templo, sino el templo para el hombre, Mc 2, 27) está en el fondo de la epístola (Flp 2, 6-11) y del evangelio de este domingo (Jn 3, 3, 13-17), que corresponde a la fiesta litúrgica de la “exaltación” de la Santa Cruz (14.9.25), la Cruz de Septiembre.
Con este motivo ofrezco un comentario de Flp 2, 6-11, que es quizá el texto más importante de la liturgia y teología cristiana. Éste es el evangelio en estado puro, evangelio de cruces en Gaza, Ucrania y medio mundo, todas ellas Santa Cruz de Dios en Cristo y en los hombres.
Esta era la conclusión del evangelio de Lc 14, 28-33 (domingo 7.9.25), que comenté en FB y en RD:: construir torres, ganar guerras, pero abandonar a Cristo.
La iglesia ha construido millones de torres y ha ganado miles de guerras, pero ha perdido (está perdiendo) Jesús) pues, en general, no ha dejado sus torres y sus guerras bienes para andar con él.
El tema es importante, el centro del cristianismo, por eso quiero volver al plantearlo.
Si un rey quiere declarar una guerra, si un rico quiere construir una torre han de empezar calculando los costes de la empresa, en clave de soldados y dinero. Pues bien, de un modo abrupto, rompiendo esa lógica, de tipo utilitario, Jesús afirma que, para ser discípulo suyo, en camino de Reino hay que renunciar a todos los bienes (cf. motivo de Lc 12, 33 y 18, 22).
El libro de los salmos, manual básico de canto, poesía y oración, fue compuesto entre el VIII y el II a.C. y codificado en el templo de Jerusalén. Sigue siendo hasta hoy el “texto” fundamental de alabanza y pacificación humana de la cultura de occidente.
En estos momentos de intenso desasosiego, de guerra universal, de amenaza y mentira de los “grandes” (=malvados) poderes, especializados en crear miedos de espadas y fuegos, para seguirnos mintiendo y decirnos después que ellos pueden salvarnos del miedo y librarnos del fuego, si pagamos la tarifa estipulada y nos sometemos a su espada, es bueno parar y sosegarnos, recreando en nuestra vida la voz de algunos salmos.
Retomo el evangelio de ayer (31.8.25, dom 22 TO, Lc 14), con el que exponía una tabla de “hambres bíblicos” del mundo. Hoy expongo, a partir de Prov 25, el tema de fondo, centro del evangelio y de todas las guerras del mundo. No hay en ese pasaje ninguna palabra sobre Dios, pero todo trata de Dios. Todo es política, cuestión de familia/sociedad humana, amenaza de muerte con infierno si mantenemos el mismo camino.
31.8.25. En un mundo en el que sobra dinero y alimentos mueren de hambre miles de personas cada día, por mala distribución y por cuestiones político-militares y sociales, como las de Gaza, Sudán y otras regiones.
En ese contexto resuena como voz de alarma, denuncia y llamada al compromiso este evangelio
La elección del papa León XIV, religioso y pensador agustino, nos invita a evocarla figura y obra de San Agustín en la iglesia.
Agustín es, quizá, el mayor pensador de la iglesia occidental, l anterior a la Reforma Protestante, venerado por católicos y protestantes, admirado aunque menos seguido por los ortodoxos. Así le quiero presentar como pensador clave para el siglo XXI, no para seguirle al pie de la letra, sino para replantear a su lado, con valentía y libertad, la temática actual de la sociedad y de la iglesia.
Texto tomado básicamente de Pikaza, Patrística (Clie 2022) y de Diccionario Pensadores Cristianos. Mapa del entrono de Annaba/ Hipona, con ruinas de Hipona, junto a Túnez (hoy Argelia)
Iglesia es familia: curar a los padres; abrazar, bendecir y cuidar a los niños
Acercaban niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acoja a Dios como un niño, no entrará en Reino de Dios. Y los abrazaba y los bendecía (les concedía autoridad) imponiéndoles las manos.
El evangelio de este dominio (24.8.25) recoge, en el contexto de la gran subida a Jerusalén, iniciada en Lc 10, 51, una serie de dichos relacionados con la salvación. El texto ha sido retocado por el mismo Lucas, con materiales que provienen de la tradición del Documento Q (recogidos por Mateo en otro contexto: Mt 7, 13-14. 21-23).
Tratan de la salvación, entendida en sentido fuerte y así quiero comentarlos hoy, de un modo sencillo, aplicándolos a nuestra situación social y eclesial.
Uno le preguntó: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?" Jesús les dijo: "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán…. (Lc 13, 22-30).
Esa pregunta y tema no se refiere sólo a la salvación eterna de las almas tras la muerte (tema que dejamos ahora en manos de la misericordia de Dios?, sino a la salvación y vida de los hombres en este mundo, tema clave de la apocalíptica judía y de la realidad actual del mundo, presa de fuegos terroríficos (calentamiento global, incendios pavorosos) y de guerras peores que diabólicas en varios lugares del mundo, pues los diablos que yo he conocido estudiando la Biblia y la historia de las religiones son mejores que muchos de traje y corbata, sin cola externa, que andan gobernando este mundo, en nombre de sus dioses falsos.
La resurrección no es algo del fin de los tiempos, cuando se cumpla la justicia vengadora de Dios (como pretendían muchos apocalípticos), sino que empieza en esta misma historia, en gesto de comunicación personal, que los cristianos confirman en cada eucaristía.
Los cristianos entendieron la muerte de Jesús como “resurrección” no sólo en el futuro apocalíptico de la parusía de Jesús, sino en su presente pascual eucarístico. Esta experiencia eucarístico/pascual de Jesús, no es una esperanza de vida trans‒personal en abstracto, ni la visión imaginario de un muerto (Jesús crucificado), sino una experiencia de comunión pascual y vida concreta de Jesús en nuestra vida de creyentes.
Sólo allí donde la vida se regala compartiendo vida unos a otros y muriendo como Jesús en acción de gracias a Dios por todos) puede surgir una experiencia superior de resurrección,
No toca a los políticos juzgarles, pero muchos lo están haciendo, directa o indirectamente, con cara y desparpajo, como si tuvieran patente de corso y formación decidiendo sobre todo lo decible en tierra y cielo.
Así he visto a más de cuatro pontificar sobre islam y cristianismo, sin haber pasado por la escuela de religiones, naciones e identidades. No es mucho lo que sé, pero llevo 50 años en el tema y me atrevo a reflexionar (no juzgar) sobre uno y otro (Jesús y Mahoma), desde una perspectiva histórica y cultural.
Soy cristiano y opto con el corazón por Jesús, pero sin condenar en modo alguno a Mahoma (¡Dios le bendiga!), pues tiene muchas cosas que enseñarnos y aportar a cristianos y no cristianos. Sin Mahoma, nuestro cristianismo hispano sería mucho más infeliz, más pobre.
No son textos fáciles, ni el de Lucas, que presenta a Jesús como gran fuego (¡Que prenda la tierra, que arda toda entera!) ni el paralelo de Mt 10, 34-35 donde Jesús aparece como sembrador de una espada que destruye los pactos de opresión, para que hombres y mujeres de todos los pueblos podamos vivir en libertad.
Que el fuego de Dios arda y queme toda opresión, que su espada corte (rompa) todas las cadenas de unos hombres que encadenan con ellas a otros hombres
Se vienen publicando entre discusiones de partidos y comunidades, en periódicos y vallas de publicidad, “modelos” de mujeres contrapuestas musulmanas y cristianas (españolas). No voy a entrar ni un segundo en el tema. Contra ese modelo de oposición quiero recordar otro más hondo de comunión, representado por María, Madre de Jesús (Leila Marien) que vincula a musulmanes y cristianos, con el deseo de que un día como hoy (15 de agosto) pueda celebrarse la fiesta común de la Mujer María/Marien entre musulmanes y cristianos.
Ha diferencias entre unos y otros, pero mayores son las semejanzas, representadas por María/Marien, tal como apareen en la Biblia y el Corán, con la tradición cristiana y musulmana. Pienso que ha llegado el momentos de celebrarlas, no con vallas publicitarias de comercio, sino con la vida de las comunidades.
El signo de María, Madre de Dios en la carne, muestra que cada ser humano nace de Dios, naciendo de otros seres humano. Sin María, madre judía de Jesús, no existiría cristianismo Esta es la novedad, esta la suprema enseñanza de la encarnación, el principio de la antropologíamariana.
Dios no está fuera de los hombres, como idea superior, ni es tampoco una forma de sacralidad impositiva, ni el garante o poder de un sistema que se eleva sobre los humanos. Al contrario, Dios se hace carne en cada carne humana, sin dejar así de ser divino, por medio de María, su madre judìa
Desde ese fondo se entiende la aportación suprema de María que es, en Dios, la madre judía del Cristo cristiano. Por eso, separar al Cristo cristiano de la madre de judía de Cana de Galilea (Jn 2) o de la Cruz de Jerusalén con el Discípulo amado (Jn 19) significa destruir el cristianismo
Han empezado con cierta controversia, por el contenido del pregón popular, pronunciado por un “artista” de moda, pero menos experto en temas histórico-culturales y religiosos, las fiestas de la Asunción de la Madre de Dios en Elx/Elche, Alicante-España, que culminan el 14-15 con la representación del Misterio, que forma parte del Patrimonio Universal de la Cultura (según la UNESCO)
Hace un tiempo (año 1994) tuve el gozo y honor de proclamar los nueve temas y pregones de la fiesta (=Salves) en la Basílica de Elche, que fueron publicados en forma de libro por la Ediciones de la Basílica. Con esa ocasión presento una vez más el sentido canónico/teológico de la fiesta y su versión apócrifo-popular.
Dom 19 TO. Así empieza el evangelio de este domingo (Lc 12, 32, 48), centrado en dos ideas principales.
(a) No temas, pequeño rebaño; no tengas miedo, no pierdas el ánimo, ni desesperes. Vive con gozo, estás en manos de Dios.
(b) Porque Dios tiene el gozo de concederos su reino. No tienes nada que hacer sino sólo acoger su regalo de amor que es la vida, compartiendo de esa forma la alegría de Dios, su felicidad, pues nada ni nadie os podrá destruir, ni quitaros el gozo de vivir en gozo y esperanza.
Así lo pondrán de relieve las reflexiones que sigue, que son un comentario de este pasaje de Lc 12, leído desde la perspectiva de del anuncio del evangelio de Md 1, 15-15.