El poliedro representa una sociedad donde las diferencias conviven complementándose, enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente...Porque de todos se puede aprender algo, nadie es inservible, nadie es prescindible. Esto implica incluir a las periferias. Quien está en ellas tiene otro punto de vista, ve aspectos de la realidad que no se reconocen desde los centros de poder..." (FT 215)
... a los fundamentalismos religiosos, han seguido los fundamentalismos ideológicos. En nombre del ideal absoluto de la igualdad, la libertad, el progreso, los mercados, la patria, los derechos humanos, o lo que sea, repiten el mismo esquema intolerante y embarcan a la humanidad en utopías asesinas.
En la Iglesia, el Concilio Vaticano II también generó con sus cambios una reacción fundamentalista retrotópica que se tradujo en un invierno eclesial de décadas y actualmente resiste y conspira residualmente contra el Papa Francisco, pontífice de un Vaticano II ya asentado, seguro y fecundo.
Poliedro es que los pobres tengan lugar. El pobre desfraternizado es la expresión de lo que ha hecho “el pecado del mundo” con el ser humano. El cristianismo es la reparación misericordiosa comenzada por Jesús, asociado a la humillación de los necesitados de todos los tiempos, que ha dado vuelta la historia y la ha puesto rumbo al "Reino de Dios".