5 sep 2025

El cristiano que no es Migrante no es Cristiano, Porque la Fe es un Éxodo

El inmigrante nos devuelve la espiritualidad cristiana del éxodo, de la permanente conversión hacia la tierra prometida del Reino de Dios.

La revolución silenciosa de la migración es la oportunidad para que el cristianismo retome su músculo en la Historia. Al acoger al migrante, al defender su dignidad y al caminar con él, la Iglesia se redescubre a sí misma como una comunidad de peregrinos en constante éxodo, construyendo, con cada gesto de hospitalidad, un mundo más justo y fraterno.

el Éxodo es también una liberación de los pecados estructurales. La fe es un "acto de amor liberador" y un compromiso con los procesos históricos de liberación de los oprimidos. El Éxodo bíblico es, ante todo, la liberación de un sistema faraónico de explotación (Éxodo 1,11).

En el rostro del migrante, se refleja la fragilidad de nuestra condición humana y la urgencia de la justicia. Su llegada a nuestras "fortalezas" es una irrupción de la realidad que desestabiliza nuestras burbujas de confort. Su presencia incómoda es un espejo que nos devuelve la imagen de un mundo fracturado por la injusticia.

3 jun 2024

Francisco: "No permitas que nos constituyamos en amos de la porción del mundo que nos has dado como hogar temporal"

"Es posible ver en los emigrantes de nuestro tiempo, como en los de todas las épocas, una imagen viva del pueblo de Dios en camino hacia la patria eterna"

"Muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación"

"Dios no sólo camina con su pueblo, sino también en su pueblo, en el sentido de que se identifica con los hombres y las mujeres en su caminar por la historia ―especialmente con los últimos, los pobres, los marginados―, como prolongación del misterio de la Encarnación"