Pentecostés derribó barreras (lenguas, culturas, jerarquías religiosas judías), habilitó a todos para profetizar y convirtió un grupo de personas vulnerables y temerosas en una comunidad de amor y misionera (¡cómo no llevar esa alegría a todos en vez de encerrarse como secta egoísta!).
Pentecostés es el Espíritu de Dios que nos humaniza, que sacramentaliza la carne de los pobres para amar a Dios …es el Espíritu que irrumpe para desacralizar la religión del poder y encarnar la Gracia en lo humano, desde los Bienaventurados descartados y los samaritanos misericordiosos.
El clericalismo se resiste porque Pentecostés fue siempre subversivo frente al poder religioso establecido… Jesús no vino para fundar la religión más competitiva del mercado ni para cambiar un clericalismo por otro, que es lo que hacen las ideologías políticas, incluso las eclesiásticas, cuando llegan al poder.
La sinodalidad desafía el "control sacralizado" del clericalismo, desmontando toda una estructura de ritos, lenguaje y sumisión que oculta abusos. El clericalismo es una idolatría que, en lugar de liberar lo humano para lo trascendente, lo somete a la inmanencia de un clero que se cree superior al Pueblo de Dios